Enrique Montánchez

En medio de la ofensiva iraquí contra la ciudad de Mosul, en poder del Estado Islámico, y del calentamiento de la pelea Trump-Clinton por llegar a la Casa Blanca, ha pasado prácticamente desapercibida la reunión en Londres de la Reina Isabel II con el patriarca Kiril, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, precisamente en el momento de mayor tensión entre Rusia y Occidente. Los servicios de inteligencia especulan sobre el contenido del misterioso encuentro y la naturaleza del mensaje de Putin transmitido por el prelado ruso.
Los dos bombarderos Tupolev 160 que sobrevolaron el pasado 22 de septiembre la costa norte de Europa hasta la altura de Bilbao pusieron a prueba la capacidad defensiva de misiles antiaéreos de la OTAN, según medios de inteligencia europeos. Los aviones portaban el sistema de guerra electrónica “Richag-AV” capaz de cegar los radares y alterar los sistemas de guiado de los misiles. Se trata de un hecho sin precedentes desde la Guerra Fría que muestra el peligroso grado de enfrentamiento al que han llegado Rusia y Estados Unidos.
En las últimas semanas se han acrecentado los rumores entre analistas y gurús económicos sobre el estallido de una nueva crisis de la economía mundial en octubre, a raíz de la incorporación del yuan chino a la “cesta” de las cuatro divisas más fuertes utilizadas en el comercio y las finanzas. Los más agoreros pronostican una reacción de Estados Unidos para blindar el dólar ante el avance imparable de la moneda china, que Pekín quiere respaldar con sus reservas de oro acumuladas en el último decenio.
El 19 de abril de 2016 pasará a los manuales de economía como la fecha en la que China arrebató a Londres el monopolio por el que desde 1919 ha fijado el precio del oro a nivel mundial. El Shanghái Gold Exchange (SGE), filial del Banco Central de China, establece el precio del metal precioso en yuanes, en un claro desafío al dólar.
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