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El consenso para 2025 prevé un crecimiento resiliente, una inflación que convergerá hacia el 2% y que los bancos centrales recortarán más los tipos ¿Dónde están los riesgos?
Sin gobierno y sin presupuesto, Francia enfrenta tensiones políticas y fiscales. Los mercados observan con cautela y mantienen la calma. Recuperar la estabilidad llevará semanas y puede precisar ayuda. Aunque mejor que no.
En un entorno dominado por múltiples incertidumbres, los bancos centrales deben decidir: ¿seguir los datos o anticiparse al próximo cisne negro?
Los pobres resultados de la encuesta a los directores de compra de la Eurozona de noviembre (PMI´s), primera tras los resultados electorales en EE.UU., no han podido conocerse en peor momento. Posiblemente por eso su resultado ofrezca un perfil tan negativo, aunque siempre queda interpretarlo como lo que es, el estado de opinión en un momento concreto en el que Europa rebosa de incertezas propias sin resolver, a las que se suman las que pueden temerse desde el otro lado del Atlántico.
Los mercados juzgan en base a la racionalidad económica, pero estamos en ciernes de comprobar si este primer juicio no está adecuadamente enfocado y ha de replantearse en base a las convicciones ideológicas.
La inesperada calma con la que el dólar ha respondido refleja cautela, y los mercados prefieren no aventurarse en demasía hasta que sean los hechos los que confirmen los anuncios. La fuerte apreciación del dólar que se suponía tendría que seguir a una “barrida” republicana, no se ha manifestado como tal.
La evolución de los mercados en las ultimas semanas no puede explicarse si no es por las crecientes expectativas de una victoria republicana. Queda saber hasta cuando puede prolongarse si se confirma.
Los bancos centrales aceleran los recortes de tipos, soñando con un aterrizaje suave. ¿Lograrán el ajuste perfecto o se arriesgan a un nuevo error histórico? El recientemente iniciado ciclo de flexibilización monetaria en el mundo continua su curso. Los primeros pasos son siempre los más sencillos y hasta pueden permitirse errar en el momento y en el tamaño. No es particularmente importante.
A menos de un mes de las elecciones norteamericanas, los distintos actores se ven en la necesidad de lanzar sus apuestas. Este es un relato de los sesgos que se van configurando.
Una decisión rutinaria que no parecía exigir de particular atención llevó el coste financiero más allá del 130%. Estos fueron los actores y así es cómo se resolvió. En 2007, el Ayuntamiento de Córdoba tomó una decisión financiera que, a primera vista, parecía rutinaria. Solicitó un préstamo de tres millones de euros a la entonces Caja Castilla la Mancha. En un presupuesto de 500 millones, no parecía exigir particular atención.
China inicia un accidentado camino para hacer frente a unas expectativas de crecimiento tan pobres como no había visto en décadas. Con las medidas anunciadas solo están en el inicio de ese camino.
La FED cumplió su objetivo. Los mercados tuvieron tres sesiones para descontar un “mega recorte”, ajustaron sus apuestas, y como consecuencia las cosas no cambiaron mucho con la confirmación.
El retorno a una cierta calma, tras las recientes turbulencias de agosto, fue uno de los más rápidos que se recuerdan, pero bajo la superficie hay indicadores que sugieren que los mercados se están poniendo nerviosos. A solo 7 semanas de las elecciones presidenciales, cualquiera que sea el tamaño del primer recorte de tipos de la Reserva Federal esta semana, será el primero en más de cuatro años, y vendrá después de mantenerlos en un máximo de 23 años en el rango 5,25-5,50% desde julio del año pasado. Estos son los datos de partida.
Si habrá o no recesión y hasta donde bajarán los tipos, son las preguntas más frecuentes tras el verano. Con el informe de empleo de EE.UU. del pasado viernes había el riesgo de que los mercados tomasen el mando. Afortunadamente se abortó
El episodio de volatilidad extrema que sacudió a los mercados en la primera semana de agosto ha reajustado muchos pares de divisas consecuencia de operaciones de desapalancamiento. ¿Y ahora qué?
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