Si España hubiera ganado a Croacia podria haberse encontrado con Alemania en la final. Perdido el encuentro lo que puede pasar ahora es que nos encontremos a los portugueses de Cristiano en la final tras ver la suerte que tienen los lusos y la desgracia que se adueñò de Modric y compañía pese a contar con todo su potencial disponible. Los dos cuadros de los 16 equipos que compiten en octavos es tan desigual que da lugar al desatino de mezclar a cinco campeones del mundo, por un lado, y a recien llegados a la gran competiciòn, por otro. La Gales de Bale, que ya esta en cuartos, es un buen ejemplo.
Si vencemos a Italia, que es posible, tendremos que pasar por la criba de Kroos y sus diez compañeros o la de Rooney y los suyos. Ninguna selección está jugando a gran nivel y puede ganar - siempre por la mínima y en el minuto 85 - cualquiera. España empezò muy bien y terminó mal la primera fase. Su problema está en la defensa y en la porteria. Del Bosque colocará a los mismos, es su caracter. Si ganamos todo volverà a sonreir, si perdemos a casa y con la seguridad de que habrà cambio de entrenador en la Roja.
Para ser campeòn hay que ganar, sea quien sea el rival. Si en cuartos y semifinales están los teóricamente más fuertes, la final estará al alcance y un tercer entorchado continental nos colocaría en un Olimpo inalcanzable para el resto, con Casillas recogiendo una Copa, puede que sin haber jugado un solo partido. Para que Del Bosque se atreva a cambiar en la porteria tiene que ocurrir un milagro. Eso o llegar al segundo tiempo, de algùn partido con tres goles a favor. Lo escrito: un milagro en esta Eurocopa tan ramplona en goles y en futbol, más preocupados todos en defender que en atacar.
Estaria bien ver a Buffon dar la mano y un abrazo a Casillas. Dos historias, dos leyendas del fitbol a los que en sus países han tratado de forma muy diferente. La suerte del portero italiano es que no ha jugado en el Madrid y no ha tenido a un entrenador tan pagado de sí mismo que no admite que son los jugadores los que ganan y pierden los partidos, y a los que adora la afición.