El PP estaba tan contento con el no es no del exsecretario general del socialismo hispano. Unas terceras elecciones en el mes de diciembre le iban a proporcionar otro puñado de votos y de escaños, más cerca se la mayoría absoluta, sòlo o en compañía de Albert Rivera. Este último suspira aliviado: la nueva situación que se abre con la gestora presidida por Javier Fernández puede evitar la cita con las urnas y su previsible descenso de representación en las Cortes.
El dilema planteado el sábado por Pedro Sánchez: él o una gestora que apoyaría a Rajoy era falso de principio a fin. El mejor apoyo para el presidente en funciones era él mismo con su planteamiento de " gobierno del cambio" , que se antojaba poco menos que imposibe dado el reparto de escaños y los equilibrios dentro de la izquierda española, o una nuevas elecciones. Unis comicios que, de producirse, favorecerân al Partido Popular y aún más tras el monumental escándalo en la sede socialista y la ruptura en las Federaciones.
Entre celebrar una sesión de investidura antes del 31 de octubre y quedarse con sus 137 parlamentarios, y " aguantar" dos meses y en una nueva cita con las urnas acercarse a la mayoría absoluta, la respuesta es sencilla: aguantar y aguantar, por màs que se repitan los slogans de gobernabilidad mientras se culpabiliza al PSOE. Si hasta ahora se sustentaba en la negativa de Sánchez, a partir del cambio en la dirección socialista puede basarse en la inestabilidad de ese partido. Lo veremos.
Mariano Rajoy puede encontrarse en las próximas semanas con el ofrecimiento del PSOE para que se someta a una nueva investidura contando con su abstención. E incluso que sea el propio Rey, tras otra ronda de consultas el que le proponga a la presidenta del Congreso. No podría negarse tras tantas declaraciones a favor de un pacto que incluyera a tres de las principales fuerzas con representación parlamentaria, excluyendo a Podemos.
Si el problema para Rajoy es que le lleven a un gobierno en clara minoria, el problema para el PSOE sin Sánchez al frente es que deberá enfrentarse a una buena parte de su militancia y de sus votantes, que han asumido el lema del ex- secretario general de " no es no" como si de un mantra se tratara. Si da el paso, y el sacrifio personal que supone, Javier Fernández y los otros diez miembros de la gestora puede que hagan un gran favor a su partido, pero tendrán que explicarlo muy bien y muchas veces.
Pedro Sánchez ha sido derrotado pero quedan muchas batallas por delante. Ya ha dicho que piensa presentarse a unas primarias cuando se convoquen y que intentará volver a su puesto al frente del PSOE. Lo tiene muy difícil pero no imposible. Lo que hagan Susana Diaz y restos de barones que le han defenestrado influirá en su futuro y en el de su partido, con Ciudadanos y Podemos queriendo " morder" en esa ballena varada que es ahora mismo el Partido Socialista.