Cisne negro en Italia

Se considera un ‘cisne negro’ esta consulta del domingo 4 de diciembre que cuenta con el rechazo del nuevo partido en alza italiano, el Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, que el pasado mes de junio logró un gran triunfo electoral al ganar la alcaldía de las principales ciudades italianas, entre ellas, la de la capital, Roma. Los mercados se curan de espanto ante las últimas sorpresas dadas en la consulta del Brexit, del acuerdo de paz en Colombia o en las elecciones de Estados Unidos con el polémico Donald Trump.

No parece claro que sea positivo o negativo para los intereses del primer ministro, Matteo Remzi, que la atención internacional esté totalmente centrada en Cuba por el fallecimiento del dictador Fidel Castro. A medida que se acerca la fecha, las alarmas saltarán porque las encuestas apuntan a que la respuesta de la ciudadanía italiana va a ser negativa, saltará un cisne negro que provoque inestabilidad política con la dimisión de Remzi y la opción de la convocatoria de elecciones anticipadas con muchas opciones para el Movimiento 5 Estrellas de alcanzar un resultado muy positivo. Quizá en este caso también se equivoquen las encuestas y gane la propuesta institucional.

Más allá de un resultado u otro, hay que analizar las causas del gran incremento de los populismos. En Europa y en Estados Unidos hay algunas concurrencias que se refieren al gran número de familias empobrecidas por la crisis y rechazo a la amenaza que pueden representar los inmigrantes y refugiados a su ya depauperada situación. En Italia, como en otros países europeos como España, la lacra de la corrupción supone un acicate determinante para el respaldo a los populistas. Cuando viajas a Italia y preguntas el porqué de esta situación, la respuesta es clara y determinante: los candidatos del Movimiento 5 Estrellas no tienen pasado político y utilizan un argumento electoral directo con la promesa de no robar.

Ya veremos cómo desarrollan su labor, pero los ciudadanos muestran su hartazgo hacia líderes con supuesto carisma pero sin ética. En Francia, la elección de François Fillon como candidato del centro derecha es una demostración de apuesta por ideas e identidad claras. Además, el presidente socialista, François Hollande, en un acto de responsabilidad con su partido, con Francia y consigo mismo, ha anunciado que no será candidato dejando el camino libre para el primer ministro Manuel Valls y evitar una división en la izquierda de consecuencias insospechadas.