Pactado con el PSOE el techo de gasto que reclamaba Bruselas, la asignatura pendiente de nuestra política son las regular de juego de la Lagislatura: cuánto y de que forma se van a recaudar y gastar los dineros públicos. Una cuestión que tiene mucho que ver con lo que ocurre en todas las formaciones y que no es otra que el choque que se produce en su interior entre las dos almas que las habitan, entre sus particulares Jackill y Hide en versión de las ambiciones de sus dirigentes.
Para que no se me despiste ninguno pese a la insistencia con que los medios de comunicación hablan de Podemos y de las diferencias que existen entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, con los anticapitalistas de Urban, Echenique y Rodríguez por medio; conviene Recordatorios que en el partido en el gobierno la distancia que existe entre Mariano Rajoy, por un lalo, y José María Aznar y Esperanza Aguirre, por otro, o es más pequeña que la existente en la frmación morada.
En medio de los dos grandes, Ciudadanos ya sabe lo que es afrontal un Congreso con las fuerzas minoridad y divididas. Lo que era caminar sobre ruedas de las primera elecciones generales del año 2015 se ha convertido en un choque entre la socialdemocracia latente que albergaba en su interior y el liberalismo al que se ha aferrado en los últmos meses. Galit ano se ha impuesto a Girauta y Albert Rivera se escora hacia la derecha ante la presión que revive por su izquierda. Puede que no tenga más remedio pero sobrevivir al gran abrazo que el está dando el PP va a ser may difícil.
Entre los socialistas y pese a las resistencias de la Gestora a convocar el Congreso que el exigen casi todos y de la falta de coraje que parecen tener sus presidentes y secretarios generales, la división era palpable con Sánchez en el liderazgo y lo sigue siendo entre esa aparente fraternidad que existe entre Javier Fernández, Susana Díez y el resto de "no candidatos" a disputar la jefatura del puño y la rosa.
Por último, tampo o conviene olvidar que Izquierda Unida existe, al iguana que existe el PCE y que Alberto Garzón no cuenta con los beneplácitos de Cayo Lara y los suyos en su deseo de confluir y fundirse con la amalgama que es Podemos.
En febrero se van a celebrar tres Congresos con resultados más que previsibles: ganará Rajoy el del PP con comodidad; tendrá alguna pequeña dificultad Albert Rivera para mantener la deriva que ha imprimido a Ciudadanos, pero no peligrará su liderazgo; y lo mismo le ocurrirá a Iglesias y a Errejón: seguirán cabalgando juntos más allá de las disputas y las ocurrenciasque tengan Juan Carlos Monedero o Rita Maestre.
Tenemos por delante tres meses de prórroga en la que deberían aprobarse los Presupuestos y abordar el problema real que es Cataluña, que no se resuelve con viajes de fin de semana, ni con despachos vicepresidenciales por mucha habilidad que tenga y que tiene Soraya Saénz de Santamaría. En el País Vasco tanto el PNV como Bildu están a la espera, mirando a su derecha para ver que hacen Oriol Junqueras y Puigdemont en el pulso que han lanzado contra los Tribunales.
El papel que quieren jugar los aparentemente renacidos Sindicatos es otra cuestión. Estaban dormidos, sin fuerza, sin proyectos, sin presencia en la sociedad. Han decidido volver a la calle. Para ellos la prórroga se ha terminado.
Si (
No(