Los dirigentes que abogaban por la retirada del líder vasco no tenían en cuenta que si la contienda en el seno del PSOE se reducía a Díaz y Sánchez las posibilidades de que, pasara lo que pasara, el socialismo español se fractura de forma irremediable eran muchas. Y que incluso la victoria de la dirigente andaluza peligrara. El efecto López beneficia a Susana ya que limita la subida que parece acompañar al ex secretario general en estas últimos semanas. En algunas Comunidades como la madrileña es especialmente notable este efecto por los apoyos que tiene Patxi en la dirección regional, sobre todo entre los alcaldes de Getafe y Fuenlabrada, Sara Hernández y Manuel Robles, dos de los grandes municipios en los que gobierna el PSOE.
En su papel de comodín, el primero de los tres candidatos en hacer público su deseo de dirigir a los socialistas, lo único que tiene que hacer es esperar. Es consciente de que tiene muy difícil superar en mayo a sus dos rivales y que su fuerza y la de los que le apoyan estará en el Congreso cuando los delegados elijan de verdad a la futura dirección. Será el momento de repartir los cargos y obtener las ventajas que en las Primarias no se hayan podido lograr.
En el PSOE no se está jugando una ideología y ni siquiera una estrategia para accuser al poder derrotando al PP, lo que está sobre la mesa son los puestos, las sillas de mando a nivel nacional, regional y local. Los tres que pelean por la secretaria general son conscientes de que hoy por hoy, y parece que por unos cuando años, el partido más votado va a ser el PP de Mariano Rajoy, y que sus opciones de llegar a La Moncloa pasan por una futura alianza con el Podemos de Pablo Iglesias. Y si en principio parece que el más idoneo para esa negociación es Pedro Sánchez, llegado el momento de la verdad, tras unas elecciones generales, conquistar el poder será un caramelo demasiado goloso para dejarlo perder por un "problema de programas". Y lo mismo se puede decir desde el lado de Pablo Iglesias. Allí aparecerá Iñigo Errejón como pizza de enlace y se enterrarán las direrencias que ahora han surgido y que han distanciado a los hasta hace pocos meses máximos dirigentes de la organización.
Hemos visto a Susana Díaz y a Patxi López juntos y en compañía de dirigentes históricos y regionales del PSOE. Es muy difícil quien esa imagen pueda repetirse con Pedro Sánchez. Están muy recientes las aparentes "traiciones" y "silencios" entre los dos líderes que mantuvieron el "no es no" contra Mariano Rajoy. De ahí que las apuestas vayan en la dirección en la que la propia Gestora está acumulandi sus esfuerzos: primero, confrotación a tres para distribuir lo más posible los votos en las primarias; luego las negocaciones, para terminar con Susana y Patxi firmando los acuerdos de "unidad" frente al "populismo" de Pedro y sus tentaciones "podemitas".
Si (
No(