El Real Madrid y su entrenador pueden terminar el mes de agosto, con la Liga ya iniciada, más " quemados que el palo de un churrero" por emplear un ejemplo muy gráfico y popular. Los blancos tienen un calendario casi imposible, con tres partidos frente al nuevo Barcelona de Ernesto Valverde, uno de exhibición en Miami el 29 de julio, y los dos de la Supercopa de España, el primero a jugar en el Nou Camp el once de agosto y el segundo en el Bernabeu tres días más tarde.
Antes y como aperitivo para los reforzados chicos de Zinedine Zidane se enfrentará al Manchester United de José Mourinho, su antiguo entrenador, en Macedonia, el ocho de agosto con la Supercopa de Europa en juego. Están los títulos pero también las sensaciones: el Madrid tiene que pelear por todos los trofeos cada año y estaría bien que a dos de sus principales competidores a nivel europeo les metiese el miedo en el cuerpo. O al revés.
Recién llegados de las vacaciones, los jugadores se van a enfrentar a seis encuentros muy difíciles antes de que termine agosto: los cuatro que ya he mencionado, con el morbo añadido de los cambios que se han efectuado en las plantillas y la personalidad de los entrenadores, que es mucha y distinta. Y los otros dos de la Liga, que a partir del fin de semana del día 18, volverá a exigir a los grande favoritos no comenzar con pinchazos frente a los rivales más débiles y con mucho menor presupuesto. Los dos grandes pasarán de los seiscientos millones de euros y los "pequeños" no llegarán ni a los cien.
El que más fichajes de postín ha realizado hasta ahora ha sido el Madrid, con muchas esperanzas depositadas en el centro del campo y la defensa. Falta le van a hacer las rotaciones que ya puso en práctica Zidane el curso pasado. Muchos frentes abiertos y la misma exigencia en cada uno de ellos. Florentino Pérez quiere que el futuro estadio que comenzará a levantarse tenga en sus vitrinas otra Copa de Europa, otra Liga, otra Copa del Rey y... el límite lo pondrá la realidad de las victorias o las derrotas.
Si dejamos a un lado a los británicos del Manchester y las "ganas" que Mourinho tenga de derrotar a su antiguo club por aquello del ego que le embarga, los tres choques con el Barcelona van a marcar la temporada. Blancos y blaugranas se van a mirar a los ojos y no van a bajar la vista, desde Ramos y Piqué a Cristiano y Messi. La adrenalina está más que asegurada.