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La digitalización como motor del cambio en España

La digitalización como motor del cambio en España

Por Javier Rodríguez Zapatero

martes 21 de octubre de 2014, 21:41h

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Si me permiten, me gustaría comenzar con una reflexión sobre el mundo del mañana. El mundo del 2020. Un mundo más global y conectado en el que el mercado encontrará rápidas eficiencias en la escalabilidad de todo aquello que sea global. Un planeta en el que todos hablaremos con todos. Un conjunto de países en los que pequeñas ofertas se encontrarán con pequeñas demandas, pero la suma de todas ellas será de enorme magnitud. Una sociedad más uniforme que cambiará de empleo y de actividad cinco veces más rápido que hoy. Todo será más rápido y necesitaremos adaptarnos mejor, pero en contraposición tendremos muchas más oportunidades. ¿Está España preparada?

Parece evidente que a España le está costando sobreponerse y se encuentra aún bastante por detrás de otros países que ya muestran signos claros de recuperación del crecimiento económico y del consumo, como Alemania Turquía, Polonia, República Checa, Finlandia, Noruega o Suecia. No soy un experto en economía, pero es un hecho que podríamos estar en otro estadio a nivel económico.

Existen tres causas claras que frenan la recuperación económica en España. La más patente es el desempleo que alcanza ya una tasa del 21 % de la población activa generando descontento. Este dato es mucho más preocupante si lo circunscribimos al paro juvenil, que alcanza el 45 %, lo que desmotiva y perjudica la experiencia laboral que debería estar adquiriendo la futura clase productiva del país. Este último hecho, me desalienta un poco más porque estamos hablando de los cimientos de nuestra futura sociedad y de nuestro sistema productivo.

La segunda causa es la inflación, situada en el 3,5 % es un claro lastre para la recuperación. La tercera, muy relacionada con la anterior es la desaceleración del consumo interno afectado por el desempleo y las medidas de austeridad. El crecimiento de nuestro PIB ha venido de la mano del crecimiento de las exportaciones y de la moderación de los costes laborales, que incrementan algo la competitividad. Se espera que la demanda exterior sea el pilar sobre el que se fundamente el crecimiento a lo largo de 2011, pero obviamente este es un factor sobre el que no podemos basar la recuperación económica de España.

Según el estudio “España cONecta”, elaborado recientemente por The Boston Consulting Group por encargo de Google, y que medía de qué forma Internet está transformando la economía española, la Red aportó ya en 2009 más de 23.000 millones de euros de forma directa al PIB y se espera que dicha cantidad alcance los 63.000 millones de euros en 2015.

La importancia de la digitalización en nuestro país es cada vez mayor, basta con observar que el consumo privado asociado a Internet (comercio electrónico, banda ancha y dispositivos asociados a Internet) aportó 14.000 millones de euros en 2009 y es la contribución al PIB que más crecerá hasta 2015, pudiendo multiplicarse por 3,8 hasta aportar 53.000 millones de euros en ese año. Además el gasto e inversión pública relacionados con Internet aportaron 5.900 millones de euros y superarán los 7.000 millones de euros en 2015.

El mayor volumen de importaciones que de exportaciones asociadas a Internet detrae 4.900 millones de euros del PIB.

Asimismo, el impacto indirecto de Internet en la economía española se extiende a lo largo de la mayor parte de sectores y se refleja en indicadores de actividad económica no capturados de forma directa en el PIB:

• Más de tres cuartas partes del PIB se genera en sectores en los que Internet está transformando procesos clave de negocio como compras, marketing o venta final. La dependencia transversal de de todos los sectores económicos de Internet se me antoja evidente.
• El comercio electrónico entre empresas alcanzó una cifra de negocio de 157.000 millones de euros.
• Los consumidores gastaron 38.000 millones de euros en productos sobre los que se informaron por Internet antes de realizar la compra por canales físicos.
• La publicidad online alcanzó los 654 millones de euros, representando ya el 11,6 % de la publicidad total en medios de comunicación.
• Los sectores más intensivos en utilización de tecnologías de la información consiguieron mejoras de productividad superiores a las alcanzadas en el resto de la economía.

No me corresponde a mí dar soluciones concretas en lo económico pero parece haber consenso en la necesidad urgente de llevar a cabo cambios, no sólo en la regulación del empleo, sino también en el sistema político para renovarlo y hacerlo más flexible, tal y como parece demandar la sociedad. De esta forma se posibilitará que se puedan dar los siguientes pasos para conseguir la recuperación económica. Una recuperación que es posible si se hacen las reformas adecuadas y si pasamos a un estado de concienciación por parte de todos de que lo que ha valido hasta hoy no tiene por que servir mañana.

Esa recuperación pasa por ultimar la transición hacia un nuevo modelo productivo que aproveche el potencial de Internet para generar eficiencias y las oportunidades que la red brinda para crear negocio. El aprovechamiento de Internet como factor de crecimiento económico necesita apoyarse en tres vías que ya se están explotando pero tienen recorrido suficiente para intensificar su impacto en los próximos años.

La primera es acelerar la utilización de Internet entre las PYMEs. Internet es un entorno perfecto en el que las pequeñas y medianas empresas pueden competir con las más grandes en condiciones más transparentes dado que existen menos barreras para que la oferta y la demanda se encuentren.

El 90 % de las empresas españolas son PYMEs, todas aportan más del 65 % del PIB español y más del 75 % del empleo privado. Su nivel de adopción de Internet está creciendo rápidamente pero tiene aún mucho recorrido, especialmente entre las de menos de 10 empleados. El 56 % de las PYMEs de más de 10 empleados tiene página web, pero en las de menos de diez empleados sólo el 24 % tiene web y menos del 7 % vende por Internet.

Datos aportados por The Boston Consulting Group indican que un 67 % de las PYMEs españolas que incorporan Internet a su actividad experimentan una mejora de su productividad, una de las grandes asignaturas pendientes de la empresa española en general. Además, dos tercios de las PYMEs que crean su página web declaran conseguir una extensión de sus ventas a otras geografías, aunque existe un amplio recorrido en el crecimiento de sus ventas online tanto a nivel nacional como internacional.

La segunda vía es la decidida internacionalización de nuestras empresas, un factor clave en el proceso de recuperación económica. En la coyuntura actual, el crecimiento ha de venir de la mano de la internacionalización, un proceso que les va a ser más fácil principalmente gracias a Internet, que permite llegar a un número mucho más amplio de potenciales clientes y crecer en otros mercados.

Algunos sectores, como el del turismo ya están aprovechando la Red para mejorar la productividad y ampliar su volumen de negocio nacional y con el extranjero. También el sector de los servicios financieros ha adoptado los servicios online que combinan la comodidad para el cliente y la productividad para las entidades. Estamos observando también cómo las empresas de moda españolas están acelerando recientemente su aprovechamiento de la Red para llegar a un mayor número de clientes en todo el mundo.

La tercera vía, la de mayor impacto a largo plazo, es la educación. En España tenemos que asumir definitivamente que saber utilizar Internet es tan importante como dominar otros idiomas, que son fundamentales para aprovechar todo el potencial de la red. Nuestro país cuenta con escasas especialidades universitarias y cursos de postgrado sobre el tema.

Hay que intensificar el aprendizaje de Internet como herramienta a nivel de usuario desde las primeras etapas de la educación y como plataforma para hacer negocio entre los universitarios, estudiantes de postgrado, empresarios y emprendedores. Educar y preparar al entorno empresarial y a la futura fuerza laboral en lo digital es ya tan importante como, por ejemplo, saber inglés.

Por último, y para crear el entorno adecuado para que la digitalización sea un factor económico cada vez más importante, es necesario atender a dos factores: por un lado seguir aumentando la penetración entre los usuarios de dispositivos avanzados con conexión a Internet que, como estamos viendo, abren la puerta no sólo a nuevas formas de vivir la vida en movilidad, sino también a nuevas formas de hacer negocio y de llegar a nuevos clientes potenciales.

Por otro lado, es necesario incrementar la inversión en conectividad, de la banda ancha básica y de la de muy alta velocidad. Éste va a ser el factor que posibilite que Internet sea un canal prioritario, ágil y rentable en el que hacer negocios, dinamizar el consumo y volver a poner la economía del país en la senda del crecimiento.


(*) Javier Rodríguez Zapatero es director general de Google para España, Portugal y Turquía

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