Mas y la secesión
CRISTIANO TRISTE
La depresión de Cristiano Ronaldo me coge en Arabia Saudí. Yo pensaba que los futbolistas, los más ricos, cuando estaban tristes miraban su cuenta corriente y se les pasaba la morriña, o lo que sea que tengan. Allí, en la remota Arabia, un beduino me pregunta si CR se va a marchar del Real Madrid. España, en el mundo árabe y en otros mundos remotos, es poco más que cuatro futbolistas y unas copas, siempre sin alcohol. Es la diplomacia del fútbol. Llevas unas camisetas de las estrellas y se te abren todas las puertas. Lo digo porque lo he podido comprobar. Con unos llaveros del Real Madrid y del Barcelona, y unas prendas con el nombre de Messi, o los guantes de Casillas, tienen más posibilidades de hacer negocios que con una carta de esas que envía Rajoy para que los jeques inviertan en Repsol o en Gas Natural. Se equivoca Mariano, otra vez. Esto lo arreglaba con unos cuantos partidos benéficos por los desiertos de la península arábiga. En las calles de Riyadh están en un ay con lo de Cristiano, y no se habla de otra cosa que de la temida marcha del astro de las filas del Real Madrid. Consuelo a mis árabes: la de CR es una tristeza suave, muy portuguesa, muy de esa cultura en la que se bosteza con la boca cerrada, nada que de qué preocuparse.
OLVIDO ÍNTIMA
Hay quien no se ha enterado de que Internet nos traje el final de la intimidad. Internet es una mirilla al mundo personal de todo el que deja su huella en la red. Algunos lo utilizan para sus placeres exhibicionistas, como el que cuelga las fotos de su señora desnuda porque eso le pone o busca quien se la beneficie, que de todo hay. A otros todo esto les ha cogido en paños menores, o aliviándose los calores del verano. Olvido es el último juguete nacional, la última de nuestras distracciones, con su historieta se señora que ofrece su intimidad erótica a alguien, no se sabe muy bien si al portero del equipo de fútbol local o a quien quiera templar gaitas. En unos minutos Olvido salió de la nada, y perdió su nombre, porque todos recuerdan a la concejal de Los Yébenes, que ha pasado por la peluquería antes de atravesar el cordón de cámaras y micrófonos que quieren su última palabra. Olvido se quitó la ansiedad con cuatro caricias y al tomar las imágenes con su teléfono móvil convirtió ese momento íntimo en el público patíbulo de sus desgracias. Internet terminó hace tiempo con la intimidad. Y para que la cosa sea soportable, ahora tendremos que terminar con la vergüenza, que va siempre aparejada con la primera.
BOLINAGA ROMPE EL PP
Alarma en Génova, en la Génova de Madrid, por la rebelión interna y externa contra la política antiterrorista. A Mariano le han pasado esta semana unas encuestas que le han dejado frío, tiritando, a pesar de este agosto prolongado que tenemos. Le dicen que sus votantes no confían en su capacidad para sacarnos de la crisis, desconfían de sus habilidades para frenar las tensiones territoriales, y le dan la espalda con todos sus componentes anatómicos por la excarcelación del etarra Bolinaga, que ni está terminal ni se ha arrepentido, ni nada que se le parezca. A Mariano se lo puede llevar por delante la crisis, pero sus maniobras para continuar con la obra de Zapatero pueden quebrar el partido que dirige, en el que las bases y un buen puñado de dirigentes con Mayor Oreja y Aguirre a la cabeza, contestan los movimientos del ministro del Interior, el pío Fernández, que insiste en que se ha cumplido la ley sin que nadie le crea. La ruptura por Bolinaga es de esas que dejan huella, marca profunda. Las bases del PP, que se emplearon a fondo para movilizar a los españoles contra las cesiones de Zapatero, tienen ahora que callar y tragar con regalos similares a una banda que está a punto de recoger una nueva cosecha de nueces en las elecciones del 21 de octubre. Demasiado para el PP, donde Ortega Lara, a pesar de haber roto su carné del partido, sigue siendo una referencia moral.
PENÉLOPE MALINTERPRETADA
A Penélope le hace falta un agente de prensa, y no es que yo esté buscando trabajo, pero la muchacha infunde piedad. Primero fue su promesa de producir un par de películas españolas cada año para dar trabajo a los suyos. Es una forma de anunciar que una está dispuesta a la caridad, porque ya se sabe que las subvenciones al cine español nunca se recuperan, o bien porque el dinero se pierde o porque la película no la ve nadie, y en la taquilla se registra un encefalograma plano. A Penélope le dijeron enseguida unas cuantas cosas en la red, porque en el español, también en el del cine, sigue habitando el viejo hidalgo del Lazarillo que hace tiempo que no come, pero tiene su dignidad. Al hidalgo nacional le gusta recibir dinero del Estado, pero menos de particulares, porque deber favores con nombre y apellido es muy duro. Penélope se arrepintió enseguida de lo que había dicho y mandó a un escribano para que desmintiera lo dicho. Y al redactor de la nota de prensa no se le ocurrió otra cosa que decir que sus palabras se habían tergiversado. “No me tragiverses”, me decía una vez una folclórica. A Penélope ya le pasó algo similar una vez que se metió con los Sanfermines y habló de prohibir “ese maltrato al toro”. Le llovió una mundial, y al día siguiente estaba borrando las huellas de su metedura de pata.
EUROVEGAS A MADRID
Adelson se ha decidido. No hay sorpresas. Eurovegas se instalará en Madrid, con todo su arsenal de casinos, hoteles, y auditorios para que Julio Iglesias pueda cantar un día antes de jubilarse. Las tragaperras del americano se van a convertir en el debate permanente de los próximos dos años, desde que se ponga la primera piedra hasta que eche a rodar la primera ruleta francesa. Tomás Gómez ya ha tomado posiciones, y dice que Adelson financia a la extrema derecha americana, que es como llama Gómez a los del Partido Republicano, Romney y compañía, que también son ganas de buscarse amigos. Lo de Zapatero al quedarse sentado ante el paso de la bandera americana se va a quedar en nada comparado con lo de Gómez si las elecciones de noviembre las ganan los republicanos, ya verán qué risa. Barcelona, dolida, se ha sacado de la manga un proyecto de juegos con el mago de las burbujas inmobiliarias, el tal Bañuelos, que ya dejó a unos cuantos en la ruina antes de marcharse a Brasil, donde se ha recompuesto y ha vuelto a hacer fortuna, para regresar como un indiano, como un emigrante de los que vuelven presumiendo de haber ganado lo fuera lo que perdieron en casa. De momento el asunto es si en Eurovegas se fumará o no. Parece que Gómez ya no ataca por el flanco de la prostitución, al fin y al cabo el oficio es viejo, y ya funcionaba antes de Adelson. Aguirre, que sabe donde hacer daño, dice que Eurovegas se viene a Madrid, porque la capital es una ciudad “mas abierta”.
EL PRECIO DE SER BELGA
Bernard Arnault, que es el dueño de Louis Vuitton, dice que quiere ser belga, que le sale más barato. La nación ya es una cuestión de mercado. Uno es de Mercadona o de Carrefour por la cuenta semanal, como se es de Zara o de Zegna según la renta y las facturas. La nación ya no son banderas al viento e himnos patrióticos que enardecen los corazones. La nación es una suma y una resta, y un precio. Nos sale más barato ser suizos que noruegos, porque pagamos menos y nos dan más. En Francia se han rasgado las vestiduras con lo de Arnault queriendo ser belga, porque los franceses siempre han mirado a los belgas por encima del hombro, y los consideran tipos aburridos y bastante tacaños. Es como si un español quisiera de repente hacerse marroquí, o de Andorra, que casos hemos tenido. Es curioso cómo los partidarios de la Europa unida y sin fronteras, los que proponen disolver las nacionalidades en un todo revuelto se escandalizan porque un contribuyente haga números y quiera ser patriota y pagano de aquellos países donde menos le van a sablear. Lo de Vuitton no se quedará en un caso, me temo, y veremos muchos más. Contra ellos caerá, ya verán, toda la demagogia del estado y de las agencias tributarias.
MAS Y LA SECESIÓN
Claro que estas crisis de las patrias las aprovechan otros patriotas para montar su propio chiringuito. Ya ven a Artur Mas, aquel que en La Noria parecía poco menos que un vendedor de telas, afable y solícito. Con la crisis, Mas levanta su chiringuito con el truco de hacer creer a los desinformados que la quiebra de Cataluña es culpa de España que ha esquilmado a la hacienda catalana para malgastar el producto en ordenadores para los niños extremeños. Mas aprieta el acelerador con Pujol empujando por detrás al grito de que ya se terminó el tiempo de “hacer de puta y de Ramoneta”. Van los nacionalistas casa por casa con el cuento de que ser catalán saldrá más barato, cuestión a la que los contribuyentes son sensibles. Pero olvidan confesar que las facturas que está pagando Cataluña son la herencia del catalanismo nacionalista, ya sea de izquierdas o de derechas