Torra y Sánchez bajo el influjo del 9

A Quim Torra se le espera el día 9 en La Moncloa para hablar de las relaciones entre el Estado y Cataluña o entre los dos gobiernos o entre los dos presidentes. El nueve como síntoma de los nuevos tiempos políticos que comenzaron a finales de mayo. Y como ocurre siempre antes de todo gran combate con mucho en juego, los contendientes utilizan distintas “armas” para desconcertar al contrincante y hacerle saber que si sube al cuadrilátero puede pasarlo mal. Mientras en Barcelona han apostado por la dureza de la fuerza bruta en sus declaraciones, en Madrid Pedro Sánchez está utilizando el juego de piernas para evitar los golpes.

El president y el ex-president no dejan de pedir que se reconozca la celebración de un referendum, eso sí, sin poner fecha. El presidente socialista se limita a asegurar que el diálogo es la base de la convivencia y que se trata de hablar y hablar sin cerrarse a nada ninguna de las partes. Para ello cada uno tiene a sus negociadores, sus “voceros” y sus acciones de distensión. La principal de todas ellas es el traslado de los nueve presos que estaban en Soto del Real y Estremera a cárceles catalanas. Dicho y hecho. Este fin de semana desde Oriol Junqueras a los Jordis podrán ver y hablar con sus familias sin necesidad de trasladarse a Madrid.

Además unos y otros confían en que el cambio en la Fiscalía General favorezca una rebaja en las peticiones penales de los sumarios, una vez queden cerrada la instrucción del juez Llarena. También que el gobierno central no se oponga al “reconocimiento económico” que va a tener Puigdemont en su peregrinaje europeo, salvo que las autoridades judiciales alemanas decidan que con los miles de folios enviados por el magistrado español para justificar la petición de extradición tienen argumentos que antes no encontraban.

La distensión es un hecho. Existe otro clima político que en nada se parece al que existía hasta hace dos meses. Puede que dure poco, será algo que habrá que comprobar a la vuelta del verano. Hoy, ni las invectivas del portavoz parlamentario de ERC, ni las dudas internas del PDeCat, son otra cosa que posiciones coyunturales en busca de réditos a corto plazo y de cara a sus militantes y votantes. El que mejor y más rápidamente lo ha comprendido es Junqueras - la cárcel permite reflexionar y mucho - por eso las negativas de Joan Tardá a dar su visto bueno al candidato a la presidencia de RTVE que han propuesto el PSOE y Podemos tienen un recorrido muy corto.

Las visitas de Pablo Iglesias al president Torra y a los presos de Soto del Real tienen que tener un premio. Servir para algo. No se abordan en público esos encuentros sin antes no “negociar” algún resultado. Y de la misma manera que se dice en los libros de historia que con un tajo de espada Alejandro Magno resolvió el problema del nudo gordiano, la amazona Artadi puede hacer lo mismo sin que se note mucho que es ella la que tiene la empuñadura de la hoja en sus manos.