Para tratar de averiguar si la exposición a estos medicamentos en la primera infancia podría aumentar el riesgo de obesidad, científicos del Departamento de Pediatría del Centro Médico de la Armada William Beaumont, en Estados Unidos, analizaron los medicamentos recetados a 333.353 bebés, cuyos registros médicos se habían incluido en la base de datos del Sistema de Salud Militar de Estados Unidos entre 2006 y 2013, en los dos primeros años de sus vidas.
AUMENTO DEL 26 POR CIENTO EN EL RIESGO DE OBESIDAD
En total, a 241.502 (72,5 por ciento) se les había recetado un antibiótico; a 39.488 (poco menos del 12 por ciento) un H2RA; y 11.089 (poco más del 3 por ciento) un PPI durante este período. A unos 5.868 niños se les prescribieron los tres tipos de drogas. Unos 46.993 (poco más del 14 por ciento) de los niños se volvieron obesos, de los cuales, a 9.628 (11 por ciento) no se les había prescrito ningún antibiótico o supresor de ácido.
Los niños, los nacidos después de una cesárea y aquellos cuyos padres estaban por debajo del rango de oficial tenían más probabilidades de volverse obesos. Pero después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, una receta de antibióticos o supresores de ácido se asoció con mayor riesgo de obesidad en la edad de 3 años, la edad promedio en que se identificó la obesidad por primera vez en estos niños.
Una receta de antibióticos se vinculó con un aumento del 26 por ciento en el riesgo de obesidad. Esta relación persistió, independientemente del tipo de antibiótico, y se fortaleció con cada clase adicional de antibiótico recetado. Los supresores de ácido también se vincularon con un mayor riesgo de obesidad, aunque en menor medida, y esta relación se fortaleció por cada suministro de 30 días prescrito.
Según los autores, aunque es el estudio más grande de su tipo, es, sin embargo, observacional y, como tal, no puede establecer la causa. Además, la información potencialmente influyente sobre cuánto pesaban las madres de los niños y si fumaban o tenían otras patologías subyacentes no estaba disponible.
Los investigadores enfatizan que los vínculos entre el individuo, el ambiente y la obesidad son complejos, destacando la "dificultad actual de sacar conclusiones claras sobre la interacción entre el historial de exposición, la microbiota intestinal y la propensión a desarrollar obesidad".
Y añaden: "Hay un importante papel terapéutico para los medicamentos que alteran la microbiota. Deben compararse los riesgos a largo plazo para la salud con los beneficios a corto plazo". Pero también señalan que la prescripción excesiva de antibióticos y supresores de ácido, incluso en niños pequeños, es "un problema importante".