En la noche de los recuentos y la suma de escaños volverán a aparecer los mismos de casi siempre, los nacionalistas vascos y catalanes, sobre todo el primero de ellos, menos radical y más práctico en sus aspiraciones. 25 escaños tendrán la culpa
Todas las encuestas sobre lo que puede ocurrir el 28 de abril dicen lo mismo: ganará el PSOE, le seguirá el PP, y Ciudadanos, Podemos y Vox pelearán por el tercer, cuarto y quinto puesto. Los dos primeros parecen seguros y el terceto de cola se debate en el mundo del cálculo, los porcentajes y el sistema D´Hont.
Por encima de los sondeos está la España real, que sigue siendo muy parecida a la de los últimos años: mitad a la derecha, mitad a la izquierda. Todo lo que sube el partido de Pedro Sánchez lo baja el universo de Pablo Iglesias, con la suma de ambos anclada entre los 150 y los 160 escaños, lo mismo que ocurrió en junio de 2016. Y lo mismo ocurre en el lado opuesto con las formaciones de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. Cambian los porcentajes, el número de votos y de escaños que se atribuyen a cada uno de ellos, pero la suma global arroja el mismo resultado que arrojaron las urnas hace casi tres años: entre 160 y 170 escaños.
En el mundo nacionalista, más de lo mismo. En Cataluña los seguidores de Puigdemont y Junqueras se intercambian representación pero el total de su fuerza en Madrid es casi histórico: oscila entre los 15 y los veinte escaños. Y lo mismo ocurre con el partido de Urkullu y Ortuzar: ni menos de cinco, ni más de seis asientos en el Congreso.
La conclusión a menos de 40 días para acudir a las urnas es la misma de los últimos treinta años salvo los pequeños paréntesis de las mayorías absolutas que consiguieron el PSOE y el PP. La gobernabilidad de España necesita a aquellos que la miran de reojo e incluso quieren abandonarla. Una de esas peculiaridades de la política patria desde que el centralismo y la periferia decidieron que sus equilibrios se basaban en el enfrentamiento y la exigencia continuada.
Difícil, muy difícil que el 28 de abril dos partidos puedan sumar más de 176 escaños. Imposible por la derecha, igual de imposible por la izquierda. O se admite a Vox, si es que le sale a la derecha esa suma. O se admiten a los nacionalistas catalanes y vascos por el otro extremo.
¿ Existen otras alternativas ?.Haberlas, como en el caso de las meigas gallegas, haylas. Complicadas pues más de un dirigente tendrá que renunciar a lo que ha proclamado en estos días, sobre todo si se trata de la plana mayor de Ciudadanos.
Puede que la suma de PSOE y C´s logre esos necesarios 176 escaños. Si es así Rivera tendrá que elegir entre la gobernabilidad y sus noes a Sánchez y al socialismo. Tarea difícil y negociación larga, que se cruzaría como en el resto de las alternativas con las votaciones autonómicas, municipales y europeas.
Si esas dos fuerzas se quedaran a las puertas de la mayoría absoluta, siempre podrían acercarse al PNV, siempre listo para “coser” el roto electoral de los partidos estatales. Más cesiones y más negociaciones. Habilidad vasca para cambiar el sentido de la novela de García Márquez: en este caso los coroneles peneuvistas sí tienen quien les escriba.