El “gran marrón” que amenaza a Felipe VI
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El “gran marrón” que amenaza a Felipe VI

lunes 18 de febrero de 2019, 18:17h

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Lo que tendremos en el inicio del mes de junio será un gran zoco de negociación a varios niveles, con los partidos cambiando gobiernos de distintos nivel de la misma manera que lo hacen los niños en los colegios conlos cromos. Y el Rey se enfrentará a un liío enorme, otro "gran marrón" como el que tuvo el 20 de diciembre de 2015

El domingo 26 de mayo habrá un presidente y un gobierno en funciones, un presidente/a del Congreso y otro del Senado y las dos Mesas de ambas Cámaras. Y un lío enorme, otro “ gran marrón” para Felipe VI como el que tuvo entre el 20 de diciembre de 2015 y el 29 de octubre de 2016.

El día de las segundas elecciones en menos de un més, los partidos que hayan sacado representación parlamentaria estarán sumando los apoyos necesarios para llegar a los 176 escaños que se necesitan para lograr la investidura del nuevo jefe de Gobierno. Y salvo que las sumas estén muy claras y definidas ninguno querra enseñar sus cartas en las trece Comunidades y en los miles de Ayuntamientos que estarán en juego.

Lo que tendremos en el inicio del mes de junio será un gran zoco de negociación a varios niveles, con los partidos cambiando gobiernos de distintos nivel de la misma manera que lo hacen los niños en los colegios con los cromos de sus deportes o ídolos favoritos. La gobernanza de la nación se mezclará con la de las autonomías y éstas con las de los principales ayuntamientos. Los asientos y el poder durante cuatro años estará por delante de los programas y las declaraciones de campaña. El nunca jamás desaparecerá y la “oportunidad” de gobernar o seguir gobernando será la primera de las consideraciones personales y partidistas.

En ese clima es más que probable que puedan pasar semanas y hasta meses con un gobierno en funciones. La alargada sombra de Mariano Rajoy colocará a Felipe VI ante el mismo problema que tuvo hace menos de cuatro años. Sin votos claros y decididos para que un candidato se presente a la investidura, Pedro Sánchez puede permanecer en La Moncloa más tiempo del que se imaginan sus rivales.

¿Se pueden repetir las elecciones generales dentro de unos meses?. La pregunta tiene una fácil constestación: si. Para evitarlo los dirigentes de los partidos tendrán que pensar en los intereses del estado y no en los propios. Tendrán que ser generosos hacia el bien común y hasta aceptar una retirada de la primera línea, algo muy difícil de asumir por lo que llevamos visto hasta ahora.

Los tres dirigentes que podrán presentarse a la investidura - salvo sopresa mayúscula - serán Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera. Hoy parece muy difícil que el líder del PP vaya a apoyar a su homólogo de Ciudadanos como presidente, sobre todo si tiene más escaños que él. Y la suma de los dos parece muy alejada de los 176 votos que hacen falta. Vox puede facilitarles ese acuerdo a tres pero Santiago Abascal pedirá bastante más de lo que ha pedido en Andalucía. Ese es el problema de las tres derechas.

Por la izquierda el problema es mayor: todo lo que suba el PSOE, de los 84 escaños que tiene a los 110-120 a que aspira será a costa mayoritariamente de Podemos e Izquierda Unida, que pueden quedarse en 35-40 representantes, la mitad de lo que poseen. La suma de esta segunda opción tampoco llega a la mayoría absoluta, y vuelven a aparecer los nacionalistas. Los vascos son pocos y los catalanes pueden volover a poner sobre la mesa sus reivindicaciones de referendum y derecho a la autodeterminación con relator incluído. Imposible de aceptar, con lo que volvemos a la casila de salida. Parálisis estructural e institucional con el Rey anclado en La Zarzuela y sin capacidad de movimientos más allá de llamadas a la cordura.

Aparece así la única salida posible en base a los sondeos publicados y las últimas experiencias: un acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, siempre que se olviden de sus mutuos reproches, sus declaraciones de campaña y, sobre todo, que consigan entre los dos sumar 176 o casi. Ahí puede aparecer el PNV y sus cinco o seis escaños.

¿Puede Sánchez conseguir 120 escaños?. Puede. ¿Puede Rivera conseguir 50 escaños?. Puede. Y si entre los dos suman otros seis más la posibilidad se convertirá en certeza. Por parte del líder del PSOE no habrá problemas para ofrecerle a su adversario la vicepresidencia y un reparto equitativo de carteras en el gobierno. Por parte del líder de Ciudadanos habrá que esperar que se olvide de su “nunca con Sánchez” ya que es muy difícil que el actual presidente en funciones aceptara dejar su puesto a otro.

A partir de esas combinaciones numerarias a nivel estatal vendrán las siguientes. Habrá que armarse de paciencia para ver como los distintos jugadores se mueven por el tablero de las 13 autonomías y los sesenta grandes ayuntamientos. Sánchez ha decidido lanzar un órdago global al inmediato futuro y los que se sientan a la mesa no conocen las cartas que van a recibir por parte de los españoles.

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