Si representas a la derecha, has perdido la mitad de parlamentarios y “The Economist” asegura que has convertido un partido político en una secta, tus posibilidades de supervivencia son muy escasas
Si la “Biblia del dinero” que es “The Economist” te hace un obituario con fecha fija de enterramiento debes preocuparte y mucho. Si representas políticamente a la derecha y has perdido más de la mitad de los parlamentarios nacionales y la mayoría absoluta de que disponías en el Senado debes preocuparte y mucho. Si además asegura esa “Biblia” que has convertido un partido político en una secta, tus posibilidades de supervivencia son muy escasas.
De cara al 26 de mayo el Partido Popular parte para las elecciones autonómicas con cinco Comunidades gobernadas por líderes regionales de la formación: Galicia - la única en la que tiene mayoría absoluta - Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia. Desde esos cinco bastiones han protagonizado una dura oposición al gobierno de Pedro Sánchez en los diez meses que han transcurrido desde junio de 2018 a las generales de abril. Salvo Galicia, que tiene calendario propio, las otras cuatro están en peligro pese a que la diferencia que separa a los populares de su socio parlamentario, Ciudadanos, es muy grande.
En Murcia, por ejemplo, y con la crisis que llevó a la dimisión de Pedro Antonio Sánchez y su sustitución por Fernando López Miras, al PP le faltaba un diputado para conseguir la mayoría absoluta que estaba en 23. El apoyo de los cuatro escaños que tenía Ciudadanos le permitió formar gobierno. En la oposición quedaron el PSOE con sus 13 representantes y Podemos con seis.
Si los comicios generales del 28 de mayo sirven de indicio, todo ha cambiado en Murcia. El PP ya no es el primer partido en votos, lo es el PSOE, que ha pasado de dos a tres escaños en el Congreso, mientras que los populares empatan a dos con Ciudadanos y Vox, con uno para Podemos. La diferencia la marca la presencia de la formación de Santiago Abascal.
¿Puede repetirse el tripartito de Andalucía entre las formaciones de la derecha murciana?. Es posible, pero las últimas declaraciones de Pablo Casado sobre la “ultraderecha” de Vox no lo harán tan fácil. A la izquierda le ocurre lo mismo. Parte de 19 escaños entre PSOE y Podemos. Necesita que la fragmentación de sus rivales ideológicos y la aplicación de la Ley D´Hont permita a los socialistas llegar a los 17 asientos en el Parlamento regional. Posible, pero no sencillo.
La otra opción, no descartable a nivel autonómico al igual que puede pasar en otras regiones, es que el pacto de gobierno se articule entre los socialistas y Ciudadanos. Al estar en juego también la alcaldía de la capital, las negociaciones serán más complejas, pero con una consecuencia directa para la dirección nacional del PP: menos poder y más problemas para Casado pero sobre todo para su secretario general, Teodoro García Egea, que encabezaba la lista al Congreso y ha visto como pasaba de conseguir 332.437 votos en 2016 a quedarse en 179.885. ¿Culpable?. Los 143.010 que ha conseguido Vox.
La diferencia entre los tres partidos que representan a la derecha murciana es muy pequeña, apenas 30.000 votantes entre PP y Vox y rozando los tres mil entre ésta formación y Ciudadanos. Los 45 escaños que están en juego, con los votantes repartidos en ese espectro del electorado en tres partes prácticamente iguales, le pueden dar a los socialistas la ventaja suficiente para gobernar en solitario.
En Castilla y León y en La Rioja, con los cambios de candidatos que ha habido por las renuncias de Juan Vicente Herrera y Pedro Sanz, el panorama es muy parecido, con la derecha partida en tres y con la recuperación del PSOE como elemento fundamental a la hora de negociar un futuro gobierno. ¿Quién tiene la posición más delicada y débil?. El Partido Popular, que además de gobernar en la Autonomía lo hace en las capitales de Avila, Burgos, León, Palencia y Salamanca, dentro de Castilla y León; y en Logroño, en La Rioja. Mucho poder que es muy posible que se vea mermado a finales de mayo.
En Andalucía, que es otra de las grandes asignaturas del PP tras su inesperado gobierno en la Junta gracias a la suma de escaños con Ciudadanos y Vox, la situación ha cambiado y mucho desde las elecciones autonómicas de diciembre de 2018, tal y como se ha visto en los comicios generales. El castigo que sufrió Susana Díaz ha desaparecido y el “regreso” de los votantes socialistas le ha permitido a Pedro sánchez presentarse como el gran vencedor dentro y fuera del PSOE.
Las cuatro capitales en las que gobierna el PP: Almeria, Granada, Jaen y Málaga han visto el 28 de abril como los socialistas se alzaban con la victoria y como los populares pasaban al tercer lugar en Málaga y al cuarto en Sevilla, en Cádiz y en Huelva. UN retroceso que pone en peligro al gobierno de Moreno Bonilla y sus pactos con Ciudadanos y Vox. Y que aumenta la presión sobre Pablo Casado.
En la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de la capital las posibilidades de que el PP pase a ocupar un tercer o cuarto puesto son muchas. Las candidaturas de Isabel Díaz Ayuso y José Luís Martínez Almeida son más flojas que las de sus rivales, desde Begoña Villacís e Ignacio Aguado a Javier Ortega Smith, pasando por Pepu Hernández e Isabel Serra.
Le puede favorecer a la derecha la enorme división de la izquierda, al margen del PSOE, con las candidaturas de Manuela Carmena e Iñigo Errejón como principales focos alternativos a Podemos, pero serán los socialistas los que reciban los llamados “votos útiles”. Y si se producen gobiernos alternativos a los existentes, lo más probable es que se articulen en torno a Ciudadanos y el socialismo. Será el golpe más duro para el actual presidente del PP y puede que el definitivo para que presente su dimisión o asista a la petición de la misma por parte de miles de afectados.