Las batallas de la gran guerra política - en España y en todo el mundo - se libra en otros escenarios y tiene otros protagonistas: las redes sociales y los influencers, instagrammers y bloggers que marcan tendencias
Ni los mítines, ni los debates, ni las entrevistas y declaraciones en los medios de comunicación van a decidir quién gana las elecciones. Las batallas de la gran guerra política - en España y en todo el mundo - se libra en otros escenarios y tiene otros protagonistas: las redes sociales y los influencers, instagrammers y bloggers que marcan tendencias.
Los cinco millones largos de votos que consiguió Podemos en 2015 y que les llevó a Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y compañía a pensar seriamente en la victoria, se debieron tanto al malestar social que existía como a la actuación de un ejército de voluntarios que llevaron a las redes sociales su deseo de cambio. El 15M se vio en las calles y venció en los móviles, ordenadores y tabletas con sus mensajes. Hoy, cuatro años más tarde, en esos escenarios el más activo y el que encabeza la ofensiva es Vox.
Es ese territorio aparentemente invisible el que explica las sucesivas victorias de Donald Trump hasta llegar a la Casa Blanca. Es el que explica las injerencias electorales de cualquier bandera o gobierno, ya sean rusas, chinas, israelitas, británicas o norteamericanas. Es el que aparece en libros necesarios de leer se esté más o menos de acuerdo en lo que cuentan y en las consecuencias que plantean: “Conspiración” del periodista del “Guardian”, Luke Harding, y “Soros, Rompiendo España”, de Juan Antonio Castro y Aurora Ferrer. Los dos están cargados de datos, algunos muy difíciles de contrastar ya que entran en el oscuro mundo de las agencias secretas y las aún más secretas relaciones financieras. Coinciden en una conclusión: el mundo de la política ya ha cambiado y para siempre.
Los mensajes que se lanzan desde una abarrotada plaza de toros o un recinto deportivo apenas son nada en comparación con los que en cuestión de minutos inundan las redes sociales, y no necesariamente con “recomendaciones” de voto de forma directa y que aparecen en millones de móviles al mismo tiempo.
El “Manual de combate” elaborado para Vox por Manuel Mariscal no está en los medios de comunicación, ni se distribuye en los viejos panfletos u octavillas. Coloniza Internet a través de Facebook, Twiter, Instagram, You Tube, Linkedin, Pinterest, Telegram, Snapchat, Tumblr, Spotfy y, sobre todo, el rey de todos ellos en España: WhatsApp. Si eres de la generación Millenials o de la generación Z, que es la que se va a incorporar a las urnas en estas elecciones, encontrarás tu propio “ mercado” en 21 Buttons, Twitch o Musically. La lista no para de crecer lo mismo que los influencers, instagrammers y bloggeros. Añadamos Badoo, Viber o Line al bloque de escenarios invisibles junto a la lista de los más seguidos y que está dominada por mujeres.
Dulceida ( 2 millones en Instagram ), El Rubius (3 millones ), Cindy Kimberly casi 4 millones con apenas 17 años ), Pelayo Díaz ( un millón )o Sara Carbonero ( cerca de los dos millones ) hablan de moda y tendencias más o menos culturales pero planteemos una pregunta: ¿qué influencia puede tener en el voto de millones de jóvenes que una de esas personas a las que siguen simplemente diga que este o este otro líder político le gusta como viste o que tiene una sonrisa perfecta?.
Hay otro escenario más directamente implicado en las estructuras del mundo político, financiero y social: blogs como el “Blog salmón”, “Psicología y Mente”, “Hipertextual” en los que personas como Enrique Dans, Vilma Núñez y Javier García Campayo pueden conseguir más con sus comentarios y análisis que la mayoría de los dirigentes que se presentan a las elecciones.
¿Cómo utiliza China sus dos “portaaviones” más importantes: Qzone y Sina Weibo?. Muy eficaces hacia el interior del país pero también dos herramientas que cada vez son más conocidas y seguidas en el mundo iberoamericano. Parte de la explicación de la abierta guerra industrial, tecnológica y comercial que libran las dos superpotencias de este comienzo del siglo XXI, China y Estados Unidos. Con Huawei en el centro del conflicto.
Esta es una parte del escenario bélico. La otra es más oscura y peligrosa. Las “granjas de móviles”, capaces a través de algoritmos cada vez más complejos y eficaces de lanzar millones de descargas falsas - que se utilizan de forma habitual para campañas comerciales y de imagen - pueden estar en China o en Estados Unidos. Millones de “me gusta” son tan falsos como muchas de las promesas electorales que se amontonan en campaña.
El 72% de los usuarios de las redes sigue a alguno de los influencers que aconsejan que hacer, comprar o ver; o simplemente “cuelgan” su vida diaria para millones de ojos que les necesitan. En la llamada Generación Z - aquellos que han nacido entre 1995 y 2005 - ese porcentaje sube hasta el noventa y cinco por ciento. Y en este territorio los mensajes que se lanzan son simples, directos, de una frase, fáciles de comprender y asimilar y con el lenguaje que emplean de forma habitual en los grupos de amigos.