|
Donald Trump en su última rueda de prensa sobre el Covid-19. |
Trump despliega fuerzas federales en las grandes ciudades
Por Marta Gómez Galán
El presidente norteamericano utiliza una ley de protección de monumentos para reprimir las manifestaciones antirracistas y contra la policía.
El presidente norteamericano Donald Trump está utilizando como excusa los derribos de estatuas en las principales ciudades gobernadas por alcaldes del Partido Demócrata para desplegar a fuerzas policiales federales. Algo así como cuando Mariano Rajoy envió a la Guardia Civil y a la Policía Nacional an tratar de impedir el referéndum del 1 de octubre de 2017 en Cataluña. En el caso norteamericano Trump se quejó de que esas ciudades están dirigidas por “demócratas liberales”, de “izquierda radical”, y dijo que no permitirá que se conviertan en un “desastre”.
A tres meses de las elecciones presidenciales, las encuestas dan una rápida subida del rival demócrata Joe Biden que antes del comienzo de la pandemia no tenía visos de poner en peligro la renovación del mandato de Trump, pero que ahora se está acercando peligrosamente a su contrincante republicano.
Trump ya intentó enviar la Guardia Federal e incluso al ejército a las grandes ciudades cuando se desataron las protestas por la muerte del negro George Flñoyd a manos de un policía blanco en Minneapolis el 25 de mayo, pero las propias autoridades del pentágono se negaron a hacerlo.
A pesar de ello, el inquilino de la Casa Blanca aprovechó una ley de protección de monumentos para enviar a agentes del Departamento de Seguridad Nacional a Washington D.C., Seattle y Portland (Oregón), especialmente enasta última ciudad donde llevan dos meses de protestas organizadas por el movimiento Black Lives Matter (BLM) y donde se vivieron escenas de coches policiales camuflados que detenían a manifestantes o los desalojaban a golpes antes la atónita mirada de la propia policía municipal o estatal.
Ahora la polémica se ha centrado en Chicago, donde según Trump, la violencia ha experimentado en 2020 uno de sus años más violentos. Según estadísticas oficiales, hasta el 12 de julio los homicidios habían aumentado 48 %, 385 frente a los 260 del mismo período del año pasado. Los tiroteos también aumentaron un 46 %. El presidente se refirió en televisión a los graves incidentes callejeros y en concreto al intento de un grupo numeroso de personas que intentaron arrancar de su pedestal la estatua del navegante Cristóbal Colón en el Parque Grant, y fueron reprimidos a bastonazos por la policía, que además arrojó gas pimienta. Los manifestantes a su vez arrojaron fuegos artificiales, piedras, botellas de agua congelada y otros objetos a la policía. Algunos se treparon a la estatua y la rodearon con cuerdas, de las cuales jalaron luego para tratar de derribarla, infructuosamente, según cuenta la prensa local. Hubo decenas de heridos entre manifestantes y policías, además de 12 detenidos.
En una reunión en la Casa Blanca con los líderes republicanos del Congreso, Trump propugnó el despliegue de tropas federales en Chicago, Nueva York, Filadelfia, Detroit, Baltimore y Oakland, como lo hizo recientemente en Portland (Oregón), para contrarrestar protestas contra el racismo y la violencia policial.
De nada parece valer la opinión de la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, del Partido Demócrata, quien anunció el uso de todas las herramientas disponibles para evitar el envío de agentes del Departamento de Seguridad Nacional, incluyendo una demanda judicial. “No vamos a tener una tiranía en la ciudad de Chicago”, declaró en una entrevista por televisión.