No va a ser fácil, pero el plan de Pedro Sánchez parece claro: conseguir un gobierno que llegue a contar con el apoyo directo y seguro de 176 diputados para lo cual a los 120 impropios y a los 35 de Unidas Podemos tiene que sumar los 13 de Esquerra Republicana y los 8 de Junta per Catalunya. Están también los dos de MasPaís, uno de Compromis y otro del BNG, además del de Teruel Vive y el regionalismo cántabro, que podrían ayudar pero que no tienen tanto potencial futuro como los nacionalistas catalanes.
Para llegar a esa meta, Sánchez tiene que comportarse como un verdadero Maquiavelo, el padre de la ciencia política. Ena primer lugar tiene que dar alas y consolidar a Esquerra Republicana como la fuerza predominante en Cataluña y convertir a su líder Oriol Junqueras en el Jordi Pujol de la nueva transición. Así como Felipe González apoyó al ex president catalán a cambio de sus apoyos en Madrid, Sánchez quiere hacer lo mismo con Junqueras.
Con la huida de Puigdemont y la defenestración de Quim Torra, ERC tiene allanado, en gran parte, el camino para hacerse con la mayoría independentista y tratar de convertir a JuntsxCat en un partido residual, como hizo Pujol con ERC en su época. El líder de ERC tiene el suficiente carisma como para conseguirlo si además cuenta con el apoyo de la Moncloa y de todo el aparato del Estado para acabar con Puigdemont. Los grandes medios de comunicación completarían la operación para hacer a Oriol Junqueras president.
Lo único que piden los de ERC es que algún día, no muy lejano, se pueda hacer un referéndum legal en Cataluña cosa que Sánchez está presto a prometerlo, al estilo de David Cameron cuando lo hizo en Escocia, que le salió bien, aunque luego se le fuera la mano al c invocar otra consulta sobre el Brexit que perdió estrepitosamente. El presidente del Gobierno lo sabe y no tiene más remedio que jugarse el todo por el todo.
Si Oriol junqueras se consolidara como presidente de Cataluña en las próximas elecciones previstas para el primer semestre de 2021, lo más probable es que los diputados de JuntsxCat acabaran aceptando seguir las pautas que el nuevo govern catalán marcara los diputados independentistas en el Congreso. Se habría así consolidado la mayoría de Sánchez para terminar tranquilamente su legislatura hasta finales de 2023.
En esta singladura Sánchez no puede descuidar a su principal aliado, Pablo iglesias que con sus 35 diputados sigue teniendo la llave de La Moncloa. De ahí los gestos que el líder socialista dedica, de ves en cuando, al dirigente de Podemos, un partido que en realidad no existe y en el que todo depende de que Iglesias se mantenga en perfecto estado anímico o y político, cosa que bien sabe la oposición que dedica más horas a intentar acabar con “el marqués de >Galapagar” que a atacar al propio Sánchez.
Inés Arrimadas lo tiene también muy difícil ya que ha apostado todos su futuro político y el de Ciudadanos a que Sánchez pacte con ella en detrimento de Iglesias, cosa que hoy Port hoy parece destinado al más completo de los fracasos, solo una repetición de la mayoría de Ciudadanos en Cataluña podría alterar un tanto los planes de La Moncloa con ERC, pero no parece que eso tenga visos de suceder y lo más seguro es que el partido naranja pierda votos en las catalanes en beneficio del PSC de Míquel Iceta y de Salvador Illa, lo que a corto plazo puede suponer la desaparición casi total de Ciudadanos.