Las elecciones a la Presidencia de Portugal son un auténtico agujero negro en la democracia del país vecino, ya que por sistema solo suelen acudir a las urnas menos de la mitad de los ciudadanos con derecho a voto. En los comicios del 24 de enero se han quedado en casa casi dos de cada tres electores.
El actual jefe de Estado, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa –su partido, el SPD, forma parte del Partdo Popular Europeo- , arrasó a sus contrincantes logrando el 60,7% de los votos, muy por encima de la socialista Ana Gomes, una gris diputada del Partido Socialista luso en la UE. que fue segunda con solo el 12,9%, seguida muy de cerca por el ultraderechista Andre Ventura (Chega), que fue el tercero, con un 11,9%.
El resto de aspirantes quedaron por debajo del 5%: la representante del Bloque de Izquierdas Marisa Matías, que también es eurodiputada, los mismo que el comunista João Ferreira, el liberal Tiago Mayan y el independiente Vitorino Silva.
La culpa de la baja participación electoral del domingo se ha achacado a la pandemia, pero la realidad es que la victoria de Rebelo se daba por sentado ya que contaba con el apoyo tácito del propio primer ministro, el socialista Antonio Costa, que ni siquiera hizo el más mínimo gesto para ayudar a la socialista Ana Gómez, cuyo programa se reducía a intentar parar a la extrema derecha.
La abstención alcanzó el 60,5%, casi doce puntos por encima de la que se dio en 2016 parea elegir también a Rebelo de Sousa. En los comicios legislativos de septiembre de 2019, que ganó Antonio Costa, la abstención fue de más del 51%. En ellas se dio el punto final a la llamada geringonça, la alianza entre los socialistas, el Bloque de Izquierdas y el Partido Comunista, que se formó en 2015 para conseguir impedir que siguiera gobernando la derecha.
Desde octubre de 2019, Antonio Costa gobierna en solitario aunque con algunos apoyo coyunturales de sus antiguos socios de izquierda, aunque los últimos presupuestos los tuvo que sacar adelante solo con sus 108 diputados de un total de 230). El Bloque tiene 19 diputados y el Partido Comunista controla 12.
El jefe de la oposición de derechas, Rui Rio, perdió claramente las elecciones de 2019 y solo logró 79 escaños, que sumados con los 5 del Partido Popular y el único que consiguió Chega (Basta), se quedaron muy lejos de poder aspirar a gobernar.
Antonio Costa y Rebelo de Sousa se llevan muy bien a pesar de sus militancias políticas. El presidente luso fue un alto dirigente del opositor Partido Social Demócrata e hijo del antiguo gobernador de Mozambique cuando era colonia portuguesa y destacada figura de la dictadura de Salazar que fue abolida por el golpe de estado militar del 25 de abril de 1974.