Si en España seguimos con atención y hasta asombro los escándalos de la Casa Real protagonizados especialmente por el pater familia, Juan Carlos I, los ingleses se van acostumbrando al show que les ofrecen casi de manera permanente los miembros de la monarquía británica.
Las monarquías europeas no van a desaparecer por ninguna revuelta republicana, sino por sus propias contradicciones y guerras internas. De hecho a los ciudadanos del viejo continente les importa un comino unos reyes que “no gobiernan”, y que se han convertido en un grupo teatral formado por actores que cuestan millones de euros a las arcas públicas. Si antes solo servían de decoración, ahora han empezado a tejer sus propias telenovelas que llegan a los ciudadanos en capítulos.
A sus 94 años, la reina Isabel II domina el Palacio de Buckingham con mano de hierro, y tras 69 años de reinando sigue negándose a dejar el trono a su hijo Carlos, otro actor de la telenovela real y principal protagonista de capítulos de tanta audiencia como los de su boda y divorcio de Diana Spencer, muerta en 1996 en un todavía misterioso accidente de automóvil en París.
Ahora, en una nueva temporada, la Casa Real británica nos está ofreciendo sucesivos capítulos de la vida del hijo pequeño de Carlos y Diana, Harry, de 36 años, que desde muy joven protagonizó varios escándalo como cuando asistió a una fiesta privada y en 2005 disfrazado de nazi, con uniforme y brazalete con esvástica.
Harry es un militar profesional –ostenta el grado de capitán- que ha intervenido en guerras como la de Afghanistán y al que durante un tiempo se le vio como un típico miembro de la familia real que de vez en cuando se corría sus juegas emborrachándose o posando desnudo. Nada importante salvo algunas portadas en revistas y periódicos sensacionalistas.
En 2016 conoció a la actriz norteamericana, Meghan Merkle, y su vida comenzó a cambiar más rápidamente. Desde el primer momento de su boda en 2018, en la espectacular Capilla de San Jorge en Windsor, los tabloides británicos comenzaron a especular sobre cómo recibiría la familia real a una mujer de color, hija de un director de fotografía de Hollywood y de una maquilladora afroamericana.
En una reciente entrevista con la presentadora norteamericana de la CBS, Oprah Winfrey, por la que la cadena ha pagado 7 millones de dólares, la pareja real ha acusado a la institución real de ser la fuente de la mayor parte de las confidencias y chismorreos que han ido apareciendo durante estos últimos años y que, según Meghan, casi la llevaron al suicidio.
En 2020, Harry y Meghan, nombrados duques de Sussex, decidieron dejar la Casa Real para “recobrar su libertad”, pero en la entrevista se quejan de que la Casa Real les retiró la millonaria paga que les daba y que tuvieron que vivir de la herencia de su madre Diana de Gales.
Hasta ahora, la única víctima de las revelaciones de la pareja ha sido Piers Morgan, un conocido y controvertido presentador que ha tenido que dejar el programa "Good Morning Britain", después de que la cadena ITV, recibiera miles de quejas por sus ataques casi cotidianos a Meghan.
Morgan dijo que "no creía una palabra", de lo que Meghan había dicho a Oprah Winfrey de que había sentido ganas de suicidarse durante su primer embarazo y que no le ofrecieron ayuda, así como que los medios de comunicación británicos son racistas.
"Simplemente ya no quería seguir viva", dijo la duquesa de Susexx, y que añadió que se sintió "avergonzada" de confesárselo al príncipe Harry, su esposo e hijo de Diana de Gales, por las grandes "pérdidas que ha sufrido". "Fue un pensamiento constante, real y aterrador", señaló.
En este punto, Markle habló también sobre la pérdida de libertad: "Cuando me uní a la familia, esa fue la última vez hasta que nos marchamos en que vi mi pasaporte, mi licencia de conducir, mis llaves... todo hay que entregarlo".
Meghan contó que, la tarde del 16 de enero de 2019, en la que le dijo a Harry que tenía pensamientos suicidas, la pareja tuvo que asistir a un evento oficial en el Royal Albert Hall, donde les hicieron una fotografía que se le ha quedado grabada en el recuerdo ya que "no tienes idea de lo que le pasa a alguien en su intimidad",
Contó que un amigo les comentó lo bien que se les veía, pero que si mira bien esa fotografía, “ si se hace zoom, lo que yo veo es lo apretados que están sus nudillos en los míos", refiriéndose a los de Harry. "Estamos sonriendo y haciendo nuestro trabajo, pero los dos estamos simplemente intentando aguantar. Cada vez que los focos se apagaban, yo solo lloraba".
Cuando Oprah le pregunta si hubo conversaciones sobe el color de la piel de su hijo Artchie, la duquesa de Sussex aseguró que hubo conversaciones de miembros de la familia sobre lo oscura que sería la piel del bebé cuando naciera.
Sobre este tema, Harry rechazó ofrecer más detalles: "Es algo que nunca voy a compartir públicamente", pero añadió que "en su momento, fue raro, me quedé un poco impactado", señaló, añadiendo que esa conversación tuvo lugar "justo al principio" de su relación con Meghan.
Aunque en todo momento los duques de Susex intentan salvar a la abuela Isabel II –con la que mantienen videollamadas para que vea a su bisnieto Archie- y al padre Carlos de Inglaterra. Harry comentó que al comenzar los problemas con la casa Real, el príncipe de Gales y heredero al trono, dejó de atenderle el teléfono.
""Pero, al mismo tiempo, por supuesto que siempre le querré. Se ha hecho mucho daño y seguirá siendo una de mis prioridades tratar de curar esa relación", señaló el príncipe Harry, que definió su relación con su hermano William como que ambos están en "caminos diferentes", para afirmar que él como a su padre están "atrapados" en el sistema.
La pareja también reveló que cuando les retiraron el apoyo financiero, se dedicaron a buscar contratos con las plataformas Netflix y Spotify. Relataron que el multimillonario estadounidense Tyler Perry les ofreció una casa y seguridad el año pasado cuando se trasladaron de Canadá al sur de California.