El mundo que tienen delante de sus ojos el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, y el del Real Madrid, Zinedine Zidane, en nada se parece al que contemplan los de José Bordalás, el responsable técnico del Getafe. Los dos primeros ven la gloria al alcance de la mano; el tercero se asoma al pozo del infierno de la categoría.
En ocho partidos la Liga habrá terminado. Toda la ventaja que llevaba el Atlético de Madrid hace unas semanas se ha evaporado. Puede que el nueve de mayo se convierta en una fecha clave: el actual líder - por un punto - tiene que jugar en Barcelona, que es tercero a otro punto del Madrid. Y éste recibirá al Sevilla que es cuarto.
Ni los rojiblancos, ni los azulgranas están ya en Europa. En la competición continental está el de siempre, con un calendario que le puede llevar a la gloria o a la nada. Pasar a una de las semifinales está a su alcance tras ganar al Liverpool en Madrid por tres a uno, pero la batalla está asegurada con los discípulos del Kloop. Lo sabe Zidane y lo saben todos los jugadores.
Si pasan ese examen de esta misma semana tendrán una semifinal entre el 27 de este mismo mes y el 4 de mayo. Manchester City, Bayern, Paris Saint Germain están al acecho para acercarse a esos trece títulos que tienen los blancos. Un peso que no tienen los competidores de la Liga.
El año pasado a estas alturas de la competición el Real Madrid era líder con 65 puntos, uno menos de los que tiene ahora. Empatado con el Barcelona mientras que el Atlético estaba muy lejos, a catorce puntos. Esta temporada parecías que le había llegado la hora a Simeone y los suyos pero se están liando en pérdidas y empates, dejando que los dos “reyes” del futbol español se les coloquen tan cerca, tan cerca que los nervios pueden llevarles hasta una tercera posición que parecía impensable.
La Liga la pueden ganar cualquiera de los tres. Con permiso, claro está del resto de los equipos. Todos van a pelear, unos por estar en Europa, otros por no descender. Y en este segundo apartado aparece el Getafe, que si en la anterior temporada aparecía en la jornada 30 en el puesto quinto, en estos días está en el 15 y con peligro real de bajar a segunda. Las mieles de hace unos años se han convertido para el presidente Torres y para el entrenador Bordelás en amarga cicuta.
No tienen los azulones un calendario fácil. Tienen cita con los equipos que se juegan el campeonato, primero tienen que viajar a Barcelona, luego recibir al Madrid, y ni los blancos, ni los azulgrana pueden perder ni uno sólo de los 24 puntos en juego. El que lo haga se despide del triunfo final.