Imagino que cualquier que lea estas líneas y el título que las precede dirá que soy un machista, un zafio, un ofensor, y un impresentable, pero como nunca me ha gustado plagiar a nadie ni aprovecharme de su capacidad para las ocurrencias o las estupideces, me apresuro a citar al autor de la frase.
Se llama Quique Peinado. Es un presentador de televisión que unas veces resulta ocurrente, otras incluso emociona cuando entrevista en Radio Gaga a ciudadanos con problemas, pero esta mañana la ha cagado bien cagada al decirle como elogio a una ministra a la que estaba entrevistando que “Tiene un coño tan grande como la mesa del estudio en el que hablaban“, a lo que ella le ha respondido: “Muchas gracias”. La ministra es Irene Montero y el piropeador sexista el ya citado Quique Peinado.
Lógicamente no voy a echar mano del manido recurso que algunos utilizan para comparar situaciones, pero estoy convencido de que ningún periodista que trabaje en cualquier otro medio de derechas o de izquierdas (ahora todos están etiquetados y se sienten orgullosos de que nadie les considere independientes), se habría atrevido a elogiar el coño de una de sus entrevistadas, y menos aun siendo una representante de la soberanía popular. Pero tampoco me cabe la menor duda de que de haber sido otro impresentable el que le dijera esta impertinencia a la citada ministra tal vez se habría sentido ofendida por la obscenidad de su lenguaje.
No soy quien para reprocharle a una señora que permita que cualquier piernas que quiera elogiarla cite lo que guarda en su entrepierna para subrayar su inteligencia o su valor, pero creo que sí puedo desmerecer a quien lo haga si es alguien de esta profesión a la que tanto tiempo le he dedicado, porque aunque algunos de ellos llenen de porquería tertulias, programas, o debates, habrá que seguir defendiendo que el periodismo no consiste en hacer mamadas a los entrevistados ni en ponerse de felpudo ante ellos para que te pisen.