Mientras en Baleares el PIB ha tenido un crecimiento del 1,2%, en Navarra y en Murcia ha tenido un retroceso del 0,2%, lo que indica que el turismo sigue siendo el motor de la economía, mientras que el consumo interno -el otro motor- se ha ralentizado a causa del mayor coste de los bienes de consumo.
Han sido precisamente, además de Baleares, la Comunidad Valenciana (0,7%), Canarias (0,5%) y Cataluña (0,4%), las más beneficiadas por el turismo, mientras que otro de los grandes destinos turísticos españoles, Andalucía, ha pinchado y ha tenido un crecimiento tuvo de su PIB, según la Autoridad Fiscal Independiente (AiRF).
Al mismo tiempo, la propia vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, ha recortado su previsión de crecimiento de la economía española al 4,3% para este año, 2,7 puntos porcentuales menos que en sus anteriores estimaciones (7%). De cara a los próximos años, el Ejecutivo prevé un crecimiento del 3,5% en 2023; del 2,4% en 2024 y del 1,8% en 2025.
Para conseguir este objetivo más modesto del 4,3% haría falta que en cada uno de los tres trimestres siguientes el PIB español creciese por encima del 1,3% cosa que no es imposible contando con una mejora sustancial del turismo veraniego, pero con la incógnita de si crecerá el consumo con unos precios que siguen al alza.
Hay que tener en cuenta que si en este primer trimestre, Baleares no hubiera tirado del PIB, con 1,2% de aumento, la media habría caído por debajo de ese modesto 0,3%.