Si en el Reino Unido, la crisis de gobierno es un problema del Partido Conservador en exclusiva –algo parecido a lo que le ocurrió a Mariano Rajoy en 2018- en Italia el problema se parece más al que tiene que sortear Pedro Sánchez en España todos los días: las difíciles relaciones con sus socios de gobierno, en España Podemos y en Italia el Movimiento 5 Estrellas cada vez más desunido y más debilitado.
La ruptura del actual ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, con el líder del partido y ex primer ministro Giuseppe Conte si se debió a la guerra de Ucrania, ya que mientras el primero apoyaba sin fisuras a Draghi, partidario de seguir enviando armas a Ucrania, el segundo se mostraba en contra. En España, algunas ministras de Podemos también se mostraron contrarias al envío de armas, pero no han provocado ni una ruptura con Yolanda Díaz, partidaria del suministro de armamento a Kiev, ni han dejado de apoyar a Sánchez.
La única salida para Draghi sería que mantuviera el apoyo de la derecha y de la ultraderecha italianas, La Liga, Forza Italia e Italia Viva,. Aumentando el número de ministros de estas formaciones, así como de los socialdemócratas del Partido Democrático como quiere el presidente Sergio Mattarella para evitar unas nuevas elecciones .
El gobierno de la Unión Europea ha puesto también el grito en el cielo ante lo que podría suponer la caída de Draghi y el ascenso de la extrema derecha italiana partidaria de desobedecer por sistema las órdenes de Bruselas como se vió durante el gobierno de Conte (5 Estrellas) y Salvini (Liga) en 2018)., que se solucionó gracias a la llegada de Draghi.
Ahora todos los ojos están puestos en los países donde la crisis económica –y también la guerra de Ucrania, podrían hacer tambalear a sus dirigentes, como son los casos de Macron en Francia, que estuvo a punto de perder las elecciones, Scholz en Alemania, uno de los países donde más se discute el problema de gas ruso, y España, donde a medida que se acercan las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023, más peligro hay de una ruptura de Sánchez con sus socios de gobierno y con las organizaciones que sin estar en el gabinte lo apoyan en las votaciones parlamentarias.