Cospedal empieza la campaña... dos años antes
martes 21 de octubre de 2014, 21:41h
Aprovechó María Dolores de Cospedal la ocasión que le brindaba uno de esos actos multitudinarios en los que se reúnen a desayunar en Madrid periodistas, empresarios y gente de pelaje variado para decirnos claramente que se piensa presentar de nuevo a la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. Para decirnos también que cuenta con el apoyo total e incondicional de Mariano Rajoy, que por allí andaba glosando las virtudes de su secretaria general, y que igualmente, aseguran, se va a presentar a la reelección en 2015. Y aprovechó la señora Cospedal asimismo para hacer ver su autoridad en el Partido Popular, que asistió en masa, incluyendo algunos/as enemigos irreconciliables de la secretaria general/presidenta castellanomanchega.
Fue, el del foro Nueva Economía de este lunes, un acto de reafirmación partidaria, un cierre de filas en torno a la mujer que, sin mencionar para nada al archicuestionado Luis Bárcenas, ha sido quien ha expulsado a las tinieblas exteriores al ex tesorero acusado de grave corrupción y que es la principal pesadilla de tantos en el PP.
Lo curioso, con la que está cayendo, tanto sobre el PP y el Gobierno en particular como sobre el conjunto de la política nacional en general, fue que María Dolores de Cospedal actuase como si no estuviese ocurriendo nada. Como si de un foro más se tratase, aunque esta vez con cerca de un millar de asistentes. Que, por cierto, habíamos acudido ansiosos de espectáculo, de noticias frescas, de algún anuncio que mereciese titulares de portada ante la era política que se está abriendo (y cerrando). Nada de eso hubo, y sí bastante más de lo mismo: cero de autocrítica y un montón de autoelogio. Lo estamos haciendo bien y ya se notará más o menos pronto, vienen a decirnos desde el Gobierno (y desde la secretaría general del PP) cuando se habla de recortes, de cifras de parados, de sacrificios para la población.
Cospedal, impertérrita a las exigencias del momento, y hasta ante algunos gritos de protesta que se dejaban oir desde la calle, empezó su comparecencia hablando de las realizaciones de su mandato en Castilla-La Mancha, de manera que el acto en el habitual lujoso hotel de Madrid más parecía el multitudinario comienzo de una campaña electoral autonómica que otra cosa.
Cospedal es mujer de carácter. Lo dicen hasta (y principalmente) sus enemigos, que no son precisamente pocos dentro del PP. Pero allí estaban Esperanza Aguirre, con quien recientemente tuvo una pelotera muy comentada a cuenta de la manera como se está llevando el 'caso Bárcenas' en el partido, o Soraya Sáenz de Santamaría, con quien aseguran que Cospedal no tiene sino una gélidamente educada relación. Dicen que llevarse mal con ella es tan peligroso como conveniente llevarse bien. Ignoro ambos extremos. También ignoro si tiene alguna pretensión de acceder a ciertas insinuaciones internas e irse separando de la secretaría general, aunque no lo creo: ella, aseguran sus próximos, puede con todo. Lo que sí sé es que está tan decidida a mantener su hegemonía en su tierra natal que hasta ha anunciado ya, con dos años de antelación, que concurrirá a la liza electoral castellano-manchega. Aprovechando, ya digo, que el Tajo pasa por Toledo, exactamente igual que hace siglos, y como si aquí no pasara nada más. Y vaya si pasa.