Me cuentan que se ha constituido formalmente una asociación para la indignidad en el registro de asociaciones políticas y el primer Partido que ha presentado sus estatutos, ha renunciado a mantener sus siglas anteriores para sustituirlas por el nombre del líder. ¡Todo un detalle que seguro le agradecen los viejos del lugar!
E
l único requisito exigible a los miembros del club es la acreditación de unas buenas tragaderas que les garantizará la estabilidad en su empleo, por asignación.
La advertencia se está reiterando después de que se haya filtrado la identidad de “un tal Nicolás” que, según dicen es el seudónimo de un desleal que ha hablado mal del Presidente del Consejo de Administración y le ha acusado de dilapidar parte del patrimonio que aún conservaba la entidad a duras penas.
Preocupado por su imagen, que hace aguas, ha ordenado a sus colaboradores con mayores tragaderas, que califiquen de fascista a cualquier viejo socialista reticente, mientras estudia en qué momento expulsará del club a un tipo canoso que de vez en cuando dice… “por consiguente”
La consigna es que “el enemigo está dentro, no enfrente,” y ha puesto a trabajar en la detección de disidentes a un grupo de observadores y lectores
Mientras tanto le garantizan a sus leales súbditos con carnet, que no perderán su cargo púbico si guardan silencio cual barraganas, un oficio bien conocido y que los interesados tienen en alta estima por los buenos servicios que prestan a la organización.
Algunos observadores califican de autogolpe esta operación de limpieza que alguien ha denominado «aviso para navegantes” aunque no existe riesgo de contagio porque los jubilados son los únicos que a veces se atreven a disentir. Las casas de apuestas están permitiendo que suba la puja para ver quién será el próximo.
Existe una amplia literatura sobre “La historia de las sectas” pero siempre habrá en los anaqueles de las bibliotecas un hueco para un ensayo más.