De los tres dirigentes que competían por la presidencia,
Cospedal fue eliminada en la primera ronda y, para impedir que triunfara Sáenz de Santamaría, ¡sus votos le sirvieron al “outsider”
Casado para alcanzar el gran sillón de mando de la calle Génova, bien apoyado por el murciano
Teodoro García Egea. El premio que recibió la política catalana como salida de futuro fue la candidatura europea, en las que ha alcanzado la vicepresidencia del PP europeo, sin que se atreviera a competir con
Alejandro Fernández en la actual candidatura autonómica.
Montserrat se sabía perdedora, incluso frente a Vox y ha preferido mantenerse en el muy confortable Parlamento de Estrasburgo.
A través de Cospedal, la que compartiera con la ex ministra de Defensa un puesto en el Consejo de Ministros, mantiene una excelente relación con Cuca Gamarra, la número dos de Núñez Feijóo. Bien vista desde el principio por el colectivo LGTBI le tocará defender su posición a partir del próximo domingo, tanto frente a la candidatura del PSOE que encabeza la actual ministra Teresa Ribera y en la que aparecen otras dos protegidas de Pedro Sánchez y José Luís Rodríguez Zapatero, como son Hana Jalloul y Leire Pajín. Es una de las claves para entender la elaboración de cualquiera de las listas electorales que se hacen en los partidos y que se encuentran en uno de esos refranes que recorren España desde hace decemnas de años; “quien tiene padrino, se bautiza”.
Si se cumplen los presagios de las encuestas catalanas, que van a peor para el PP, y Núñez Feijóo quiere regenerar la oferta popular para Cataluña, ya lejos del derrotado Alejandro Fernández, será la ex-ministra y eurodiputada una de sus mejores bazas, pese a sus inciertos comienzos como parlamentaria en el Congreso de los Diputados, con intervenciones en las que se mezclaban tantos conceptos, ataques y críticas al Gobierno de Sánchez que resultaban difíciles de entender y aún menos de digerir.
Un curso intensivo de oratoria y una experiencia acumulada en Europa de la mano de Esteban González Pons, hoy miembros del Comité de Dirección como responsable del área institucional, le han servido para mantener el puesto y ser parte de la solución de futuro que necesita el PP para convertirse, al menos, en la cuarta fuerza parlamentaria de Cataluña, que parece un objetivo pequeño pero explicable si tenemos en cuenta que el espacio político del centro derecha sociológico lo ocupan tanto los socialistas como los independentistas.