La capacidad de comunicación de la presidenta de la Comunidad de Madrid es muy superior a la de cualquiera de sus compañeros en la cúpula del Partido Popular, desde el propio presidente al último de los que integran la dirección central , ya sea en el Congreso y el Senado o en los despachos de la sede en la madrileña calle Génova. De cara a la convocatoria de Alberto Núñez Feijóo hacia sus barones y baronesas territoriales, Isabel Díaz Ayuso lo ha vuelto a hacer. En su larga entrevista con un medio tan amigo como es “La Razón” ha desgranado una por una todas las claves de la guerra que el líder del PP quiere desatar contra Pedro Sánchez en este inicio del nuevo curso político, desde la emigración al concierto fiscal con Cataluña, desde los sumarios abiertos por posibles delitos de corrupción a la dubitativa política internacional sobre Gaza, Ucrania y Venezuela. Está todo y no hay más.
Este fin de semana en el cónclave popular el líder de la oposición intentará que todo el partido se presente unido y con un único objetivo: oponerse a todo lo que pretenda hacer el Gobierno de
Pedro Sánchez, ya sea en el ámbito judicial, económico, social o internacional. La consigna es sencilla: nada bueno puede hacer un Gobierno malo, y el de
Pedro Sánchez es el peor. Si los datos económicos dicen que España va a crecer más que el resto de las economías europeas, se dirá que están adulterados; si el presidente viaja a tres de los países africanos que son responsable de la llegada masiva de emigrantes para intentar contener esa avalancha en sus lugares de origen, se dirá que llega tarde y que es producto del efecto llamada; y si se muestra reticente a reconocer que las elecciones venezolanas las perdió
Maduro y que sus resultados son un fraude, se dirá que está apoyando a un dictador al que habría que llevar a la Corte Penal Internacional.
Feijóo y sus barones dirán todo eso, pero ya está dicho, de forma más clara más directa y más dura por parte de
Isabel Díaz Ayuso. Ella se ha limitado a contestar a las preguntas periodísticas que le han hecho.
Ayuso lee ha “robado”, tal vez sin querer del protagonismo a su jefe. Era inevitable, es inevitable y seguirá siendo inevitable. La presidenta madrileña concita en su persona todo lo mejor y lo peor de la derecha española. Es brutal en sus ataques al Gobierno de Pedro Sánchez y a la izquierda en general. Es directa, demasiado directa muchas veces, en el empleo de los adjetivos. Es apasionada, irreflexiva, no hay colores intermedios: azul o rojo. En apenas cinco años ha pasado de desconocida a concitar los mayores elogios y los mayores ataques dentro de la política y la sociología hispana. También en el exterior.
Ayuso es más conocida en Estados Unidos que el propio Feijóo y a distancia sideral del resto d elos dirigentes populares. A Ayuso se la quiera o se la odia. No deja indiferente a nadie. Tiene, además, una cualidad política envidiable, algo que le hace semejante a Pedro Sánchez: si se equivoca, primero lo niega y al momento siguiente lo cambia. Sufre mutaciones política en cuestión de segundos pero nunca deja de mantener la misma dirección: contra el presidente del Gobierno a muerte y sin concesiones. Es junto al presidente andaluz, Juanma Moreno, la única que ha conseguido mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de hace un año y no necesita de los apoyos de Vox. Para Santiago Abascal, la mujer que manda en la Comunidad desde el sillón de la Puerta del Sol, es el peor de los enemigos posibles, por encima de la propia izquierda.
El instinto político que Díaz Ayuso aprendió desde su cercanía a Esperanza Aguirre, primero, y a Cristina Cifuentes, más tarde, le llevó a que Pablo Casado la eligiera para la casi imposible tarea de impedir que la izquierda regresara al poder en Madrid. Lo consguió, al igual que también lo consiguió el alcalde José Luís Martínez Almeida. Entre los dos han cerrado el paso a las alternativas de la oposición, tanto del PSOE como de Sumar y no parece que en estos tres años que quedan para la nueva cita con las urnas la situación vaya a cambiar. La pregunta que dentro del Partido Popular se hacen, al igual que se la hacen todos sus votantes, es muy directa: ¿ si Núñez Feijóo no gana en las próximas elecciones generales tenemos otra alternativa que no sea Ayuso?