El presidente del PP ya tiene a su peor enemigo a las puertas de su casa política y no es Pedro Sánchez. La fiesta que está acompañando a la llegada de Donald Trump, junto a su inseparable Elon Musk como cabeza de la nueva oligarquía tecnopolítica que ha tomado el poder en la primera potencia mundial, demuestra que Estados Unidos puede que no quiera nada al actual gobierno español, en el que coloca a socialistas y comunistas de la mano, pero que tampoco lo convence el primer partido de la oposición. El amigo español de Washington se llama Santiago Abascal.
Entramos todos, los políticos,los empresarios, los finan cieros y el ciudadano normal que acude a su trabajo cada día, en una nueva etapa del mundo global, cn consecuencias que se irán viendo y comporbando a lo largo de los próximo cuatro años. Si nos centramos en el mundo de los partidos políticos europeos y las apuestas que ha hecho
Elon Musk se ve que
Santiago Abascal está en la misma lista que la italiana
Giorgia Meloni, el británico
Nigel Farage, la alemana
Alice Weidel e incluso el hungaro
Victor Orban tiene más posibilidades de negociación con los nuevos amos de Washington que el resto de líderes de la Unión Europea.
El presidente norteamericano va a cumplir - o al menos lo intentará - con todo lo que ha dicho respecto a la política internacional. La era del demócrata Biden se ha terminado de forma brusca y el último ejemplo es el de la red Tik Tok, cerrada en USA por el presidente saliente y vuelta a abrir por su sucesor, tras decir que negociará con China para que se repartan el 50 por ciento de la compañia. El dinero como eje de los acuerdos y posiciones en todo el mundo.
Todas las grandes compañías tecnológicas se han puesto al servicio de Trump. Faltaba el fundador de Microsoft, Bill Gates, que lo hacía en el pasado fin de semana. Ya están todos, con una fortuna global que supera los dos billones de euros. La disyuntiva, claramente imperialista, que proponen es muy simple: o conmigo o contra mi. Sin medias tintas. Pedro Sánchez, hasta ahora, ha intenado liderar un bloque de rechazo a nivel mundial, pero sus posibilidades de éxito son cero. Ni en Latinoamérica, ni en Africa, mucho menos en Asia y un sueño de invierno en Europa.
Puede haber nuevo gobierno en Alemanñia dentro de dos meses, puede haber crisis de gobierno en Gran Bretaña, lo mismo que en Francia y en Austria; en Rumanía y Croacia ya han cambiado y algo parecido va a ocurrir en el resto de los 27 países. En nuestras fronteras, el principal problema está en el sur, en el Marruecos que sigue fortalecido su capacidad militar y que ya concedió al Trump de su primer mandato la autorización para poner una base militar en el Sahara del que España renunció a la soberanía e incluso a lo aprobado por Naciones Unidas. En el resto de ese Continente nuestro país tiene poco o nada que decir. Lastimosa realidad dada la lucha por los recursos naturales.
En es escenario, comprobada durante diez años su capacidad de supervivencia, Pero Sánchez intentará un acercamiento con el presidente norteamericano a ciento valer la posición estratégica de España y el valor que tienen las actuales bases norteamericanas, con la de Rota en primer lugar. Frente a esa realidad, la de quién ostenta el poder gubernativo en estos momentos, con todos los problemas judiciales que tiene en su entorno, la ventaja de Sánchez frente a Feijóo es evidente. Su gran rival para los próximo meses es el mismo que para Núñéz Feijóo, el partido Vox y su lider.
No hay elecciones en el horizonte más próximo pero los tiempos ya corren más deprisa que en el pasado. Abascal no se va a conformar con ser el sostén del PP en los gobiernos regionales y en el futuro asalto a La Moncloa. Querrá, con todo el derecha a ello, ser la cabeza del león, no la cola. Trump, que es tan sólo la parte más visible de la tecnopolítica, tiene en sus manos la mayor cantidad de armas de destrucción masiva que ha tenido núnca un dirigente político. Está X, está Meta, está Nvidia, está Microsoft, está Amazón, está Apple… no hacen falta los cañones.