Diego Armario
Por su trabajo como es normal cobran pero lo que ya no es tan normal es que se nieguen a declarar quienes son los que les pagan, pero lo que más me sorprende a mi es que se metan en camisas de once varas cuando en la sociedad internacional existen organismos reconocidos por todas las naciones que pueden hacer esa labor, como son Naciones Unidas, el Trubunal Internqcional de Derechos Humanos y cuantas comisiones que quieran crear para intermediar en conflictos.
Los verificadores que están estos días en el país vasco y hoy en Madrid, citados por el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, generalmente sirven a una de las partes porque los gobiernos democráticos no precisan de ese tipo de intermediarios para resolver sus conflictos con los terroristas que acosan y matan a sus ciudadanos. Su misión es dar consejos a los gobiernos , decirles que ordenen a la policía que deje de detener a los terroristas que tienen deudas con la justicia, y en definitiva hacer de portavoces de los intereses de quienes les pagan .
En cualquier conflicto con la justicia no hay más verificadores que los propios jueces, y por eso tiene sentido que declaren ante la Audiencia Nacional tres de los paisanos que se reunieron con ETA para grabar un video en el que dos encapuchados les entregaban una mantita con una pistola, un fusil, un par de cajas de balas y unos explosivos empaquetados.
Esta imagen ha puesto al borde del orgasmo a los aficionados a aplaudir y a comprender a los gudaris asesinos, porque se entusiasman con cualquier gesto teatral que hagan los etarras y no tendrían ningún inconveniente en pasar página y olvidar sus errores y sus horrores. Los que así piensan y actúan han tenido la suerte de que los terroristas no les hayan matado a ninguno de los suyos y por eso van por la vida de buenistas, tolerantes sin límite y en consecuencia con los pantalones por las rodillas.
ETA se resiste a dar por finalizada su historia y aunque ya ha obtenido demasiadas concesiones del Estado quiere más. No le basta con tener a Bildu en las instituciones, quiere más, y el gobierno hace bien en no dárselo, porque ya está bien de que sean ellos los que quieran marcar el guión.
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