Convertido en el pato cojo de la política española y de su propio partido, tiene escasa visión de futuro, se siente atado por los mismos que no dudarán en atacarle y " destronarle de la secretaria general si vuelve a perder en las urnas el 26 de Junio y con menos escaños que en Diciembre. Y eso es lo que va a pasar.
Si de verdad Sánchez y los suyos quisieran quitar el poder al Partido Popular intentarían liderar y sumarse a la propuesta de una lista única con Podemos e IU para el Senado. No comprometería su independencia, no se subordinarían a la formación morada, ni a Pablo iglesias o Alberto Garzón, se aseguraría más senadores de los conseguidos en Diciembre y de los que va a perder en Junio, y podrá presentarse de verdad como una alternativa.
Ha dicho no de forma rotunda y le ha secundado de forma inmediata su compañera y adversaria Susana Díaz. Es explicable la postura de la presidenta de Andalucía. A ella le interesa el fracaso de su secretario general como único camino para lograr sus ambiciones. Los tiempos han cambiado y los esclerotizados partidos que protagonizaron la Transición tendrán que cambiar si quieren sobrevivir.
Vuelve a los viejos tiempos de la izquierda extremista para referirse a Podemos e IU. Mejor la derecha que los viejos tópicos del marxismo con rabos y cuernos. Le deja el campo libre al PP y a Mariano Rajoy que se asegura una doble victoria en el Congreso y en el Senado. Se conforma con ser segundo, como mucho, y fiar su futuro a unos pactos que volverán a ser imposibles para lograr el sillón de La Moncloa.
El presidente del Gobierno en funciones ya sabe que será el más votado y que contará con mayor representación en las Cámaras que ningún otro grupo. Volverá a jugar con los tiempos y con su proverbial paciencia para ver pasar los cadáveres de sus enemigos.
Si (
No(