El que va a dejar de ser seleccionador de la Roja podía haberse ahorrado el comentario. No hacia ninguna falta. Puede que Casillas haya tenido una relación fría o distante con los segundos de don Vicente pero ha demostrado desde el banquillo dos cosas: su respeto a las decisiones con su silencio y su apoyo a sus compañeros y a la selección durante los partidos.
Lo que no ha dicho Del Bosque, si es que quería hablar del tema, son sus conversaciones con el capitán de la selección, que tiene que haberlas tenido. Y sobraba su puntilla final: me he despedido de todos menos de él. Pues vaya final para un hombre que pasaba por ser todo un caballero en el campo y fuera del campo. Un caballero no hace y menos dice en público esas cosas. Muy mal don Vicente, fea manera de despedirse tras una gran etapa y unos grandes triunfos. Falló el equipo pero como ha insinuado Iniesta - este sí con elegancia - falló el sistema y las decisiones estratégicas ante Italia y ante Croacia. Y eso, querido amigo, son responsabilidad del entrenador.
Es en la derrota y en la derrota dolorosa como la que ha tenido nuestra selección en Francia, el lugar en el que se descubre la altura moral y el sentimiento de amistad y respeto de las personas. Don Vicente ha fallado en ambos, incluso aunque iker Casillas hay tenido algún mal gesto hacia Toni Grande que desconocemos. Todo fue bien mientras duró, ya lo he escrito. Y desgraciadamente se ha confirmado.
Dicho todo lo cual, siempre nos quedará París y nos quedarán Vicente del Bosque, Iker Casillas, Andrés Iniesta, Xabi y Xavi, Piqué... Lástima que no tengamos ese último abrazo, esa última foto del seleccionador y el capitán para colocarla en la portada de un periódico.