Un ciudadano que tiene problemas con Hacienda, puede que no sea el más indicado para protagonizar un anuncio contra el fraude fiscal, pero no es un criminal, ni en ningún país le niegan que siga con su actividad, venda maquinaria agrícola o componga canciones. Ignoraba que para trabajar en las series había que ser, además de un buen actor, un ciudadano ejemplar en todos los aspectos. Me imagino que, a partir de ahora, el actor o la actriz al que le hayan retirado los puntos del carnet de conducir por manejo temerario, tendrá que buscarse trabajo en otra actividad. Y el que haya dejado de pagar la reforma de su casa, o tenga deudas, también. Y no te digo al actor que, por su mala cabeza, le hayan pillado abonando unos servicios de prostitución. Parece que vida privada queda asociada a la vida laboral, lo cual es raro y, que yo sepa, no sucede en ninguna parte del mundo. Según esta teoría a Miguel de Cervantes habría que dejar de publicarle, porque cuando estuvo de recaudador de contribuciones en Sevilla, metió la mano en la caja, es decir, tuvo problemas con Hacienda, pero formando parte de ella.
Vivimos en una sociedad que comienza a presentar atisbos de extravagancia. Un padre le pega un sopapeo al hijo, y un juez abronca al padre. Menos mal que en Hollywood no tuvieron ese criterio. No habríamos visto películas de alcohólicos tan ilustres como Spencer Tracy, Juddy Garlan, Frank Sinatra, Richar Burton y tantos otros, que no fueron ejemplares en su vida privada.