Lo que es más complicado es la intención de la Sra. May de negociar primero la relación comercial del Reino Unido con la Unión Europea antes de aplicar el artículo 50 para empezar el proceso del Brexit. Un tanto ventajoso el planteamiento cuando ella asegura que Brexit significa Brexit y, además, pretender estar en el mercado único de bienes y servicios, controlar la inmigración y no depender en nada de Bruselas. La Unión Europea debe dar una respuesta contundente con una negociaciones que salven claramente los intereses de la Unión, que sirvan de precedente para evitar el contagio y, sobre todo, dotarse de una salvaguarda jurídica que obligue a que este tipo de decisiones necesiten al menos de dos tercios de los votos.
Video análisis de Javier Fernández Arribas