Raúl Heras

Urkullu no puede ayudar a Rajoy, ni tampoco a Sánchez

Pero él necesita a los dos

Miércoles 07 de septiembre de 2016
Las matemàticas electorales dicen con los datos de las tres provincias vascas en las últimas elecciones generales que el PNV de Iñigo Urkullu no podrá repetir sus resultados en los comicios autonómicos de 2012

Sus 27 diputados de entonces se pueden quedar en 17, con una segunda posiciòn por detràs de Podemos. Si así ocurriera ni los 11 escaños que puede tener el PP, ni la misma cifra que puede lograr el PSE le serviràn para mantener el gobierno, salvo que junte a los dos o logre unas abstenciones en el Parlamento vasco que se antojan casi imposibles.

Estos son los números a tener en cuenta con las cifras del 26 de junio, teniendo en cuenta que cada provincia elige a 25 diputados con indpendencia de la población de las mismas: en Alava, Podemos puede conseguir 8 escaños, 6 el PP, 4 lograrían el PNV y el PSE, con 2 se quedaria Bildu, y con 1 Ciudadanos. En Guipuzcoa el reparto puede ser el siguiente ( partiendo de nuevo de los resultados del 26-J ) y con la " corrección" de lo obtenido por los partidos y formaciones que se presentaron a las autonómicas de 2012: 8 escaños para Podemos, 6 para el PNV, 5 para Bildu, y 3 para PSE y PP, con Ciudadanos fuera del reparto. Y en Vizcaya vuelve a pasar algo parecido: 8 para Podemos, 7 para el PNV, 4 para el PSE, y 3 para el PP y para Bildu. Ciudadanos se queda sin representación.

La suma total para llegar a los 75 escaños del Parlamento vasco serîa: 24 puestos para Podemos, 17 para el PNV, y 11 para PSE, PP y Bildu, con 1 para Ciudadanos, que bien podría quedarse en cero y " quedarse" el PNV o el PSE con ese asiento en el último resto del escrutinio en Alava.

Si en el sprint final de la campaña y con la incidencia de la situación nacional y el " valor" electoral de los distintos candidatos se movieran las cifras de participación y movilización de las distintas siglas, lo harïan de forma proporcionada y las sumas por bloques serían muy parecidas. Ni Podemos podria formar gobierno con el apoyo de Bildu o del PSE, ni el PNV podría hacerlo con la suma de los socialistas o lo populares. Y desde luego la capacidad de Ciudadanos para poner en valor sus votos sería nula.

Conclusión final: para gobernar en Euskadi a partir del 25 de septiembre se van a tener que poner de acuerdo, por lo menos, tres grupos. Ya sea con participación en el futuro gabinete o simlemente para poner en marcha la gobernabilidad. Está el precedente de los acuerdos entre el nacionalismo vasco y el socialismo en ayuntamientos y diputaciones desde mayo de 2015, pero aunque se mantenga esa voluntad, los números no salen, ni siquiera " mejorando" los resultados del PNV, que no los del PSE. Y lo mismo ocurre con el resto de fuerzas. Habrá tripartito parlamentario o tripartito de gobierno.

En todo caso los 5 escaños que posee el PNV en el Congreso no le bastarían a Mariano Rajoy aunque Urkullu negociara el " intercambio". Con 175 y empate no se saca adelante la investidura, ni se sacan adelante los Presupuestos Generales. Tampoco le ayudarían a Pedro Sánche si se embarcara en la aventura de volver a intentar su investidura apoyado por Iglesias y Podemos. Los 156 escaños resultantes, a los que podrían sumarse los 5 del nacionalismo vasco y el uno de los canarios, llegarían a 162, y con toda lógica serían barridos por los noes del PP y de Ciudadanos. Salvo que esa heterogenea suma inicial lograra el apoyo de ERC y la nueva Comvergencia. Demasiada mezcla para gobernar.


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