Jueves 29 de septiembre de 2016
Desde que Penélope Cruz gritó el nombre de Almodóvar en la ceremonia de los Oscars no se había oído nada similar hasta que Miquel Iceta, en la fiesta de la rosa de Cataluña, durante la jornada de reflexión, fuera de sí ,y ésta vez sin bailar, pronunció el nombre de Pedro… Sánchez, pidiéndolo por Dios que aguantase a las presiones y que nos librase del PP y de Rajoy.
Me consta que Pedro lo ha intentado en la tierra del gallego, pero no ha sido posible porque allí se ha producido algo que no creo que vuelva a suceder en ningún otro lugar de España, porque las mayorías absolutas son cosas del pasado.
Lo cuento como análisis político sin manifestar simpatías o fobias hacia ninguna formación, en primer lugar porque yo no resido allí y por otra parte porque la esencia de la democracia consiste en que cada uno vote lo que le dé la gana, y en España cada uno es de su padre y de su madre a la hora de sus amores y sus odios.
Lo único anómalo que está sucediendo es que el grito de Iceta no tiene valor político porque cae en el vacío y está dirigido a alguien incapaz de hacerlo realidad. Las Mareas o Podemos tienen su propio discurso político, y aunque es evidente que quieren expulsar del poder a la derecha en todas partes del territorio nacional, al menos son capaces de hacer ofertas programáticas en política, en economía, en temas sociales y en asuntos de Estado.
Por el contrario el único discurso de Pedro Sánchez, que hoy por hoy es el Psoe, es conseguir que Rajoy se vaya a su casa, que posiblemente es algo entrado en razón, pero insuficiente como programa político y de gobierno.
El partido socialista en estos momentos está hecho un lío y no consigue desenmadejarse, porque mientras otras formaciones políticas a su derecha y a su izquierda buscan ganar el cielo o darnos una entrada VIP para el infierno, ellos andan enredados en descubrir de sí mismos si son galgos o podencos y se están dejando comer la tostada por quienes han llegado a la política para hacerlos desaparecer y sustituirlos en el ámbito de la izquierda.
Por eso el grito de Iceta que decía: “ Queremos otra España Pedro! ¡Líbranos de Rajoy! ¡España no puede permitirse cuatro años más de PP, no, por Dios. Aguanta! Resiste las presiones. ¡Aguanta”, en mi opinión sólo tiene un fallo.
Podría valer lo de una España nueva y lo de Rajoy, pero la apelación a que aguante el hombre que está hundiendo al Psoe y que elección tras elección está llevándolo a la insignificancia política, no creo que sea lo que más le convenga a los socialistas.