Joaquín Abad

Va de estatus, que no de otra cosa

Joaquin Abad | Miércoles 12 de octubre de 2016
La guerra que se libró el fin de semana de comienzos de octubre en Ferraz, la sede del socialismo español, no sólo era de ideologías. No sólo se trataba de frenar la podemización del PSOE al que estaba dispuesto un secretario general, Pedro Sánchez, que con tal de llegar a Moncloa había pactado con nacionalistas separatistas. La lucha era también mucho más personal, porque Pedro, César Luena, y muchos de los miembros de su guardia pretoniana que llegaron a la calle Ferraz en coche oficial no tienen oficio conocido.

Vamos, que sólo conocen la nómina que gracias al partido les permite disfrutar de una vida acomodada sin problema alguno para llegar sobrados a fin de mes. Y muchos, como ya ha confesado el ex candidato a la Comunidad de Madrid, frustrado por el llamado “tamallazo”, Rafael Simancas, si en las próximas elecciones le echan, lo tiene crudo. ;

La noche del domingo dos de octubre vimos salir, caminando, a un César Luena que ya no era Secretario de Organización y, por tanto, se había quedado sin el coche oficial, el chófer, las secretarías, etc, etc. El propio Pedro Sánchez, ex secretario general, despojado de su estatus, abandonó Ferraz en un Prius para que no se diera el paseíllo entre aclamaciones de los podemitas que tenían tomada la calle desde primeras horas de la mañana, con pancartas y demás parafernalia.

Y es que Pedro "nono", que por falta de carisma no paraba de perder elecciones, por lo que luchaba, la verdad, era para desalojar de Moncloa a un equipo salpicado de corrupción, no menos que el propio Partido Socialista, y repartir ministerios, coches oficiales, moquetas y una vida llena de privilegios entre los suyos y sus amigos pablistas.

Dicen que le tomó gusto a que lo llevaran en helicóptero (29 de marzo 2015), junto con su familia, para comer en un exclusivo restaurante leonés de la localidad de Jiménez de Jamuz, y evitar el atasco de Semana Santa. Porque siempre ha habido clases en España. Los que sufren colas interminables en las autopistas españolas y los privilegiados que pueden optar por los servicios del helicóptero de turno.

Otro día les hablaré de por qué Pedro Sánchez prefirió a la podemita Carmena como alcaldesa de Madrid en lugar del compañero socialista Antonio Miguel Carmona.