Mariano Rajoy no ha defraudado a sus incondicionales. Fiel a sí mismo y a su manera de entender la política y los liderazgos ha hecho una remodelaciòn de su Gobierno,con pocos cambios - tan sòlo tres, los otros tres estaban " vacios" de titular - y sorpresas, las justas. Ha rejuvenecidp el Gabinete y ha premiado a su " tridente", al que ni queria, ni podia cambiar con Europa presionando con nuevos ajustes y nuevas negociaciones.
Este gobierno està concebido para hablar con Bruselas. Si Luís de Guindos era de difícil reemplazo, el nuevo titular de Exteriores, Alfonso Dastis, que era embajador en la capital comunitaria, y el nuevo cargo de portavoz que se le da a otro europeista como es el yatitular de Educaciòn, IñigoMendez de Vigo, confirman la fuerte apuesta del presidente por las relaciones de España con nuestros socios. E incluso podemos sumar a este trio al renovado titular de Hacienda: Cristobal Montoro y su equipo conocen al dedillo los Presupuestos y tendràn que pelear y convencer a sus compañeros - sobre todo a los de Defensa y Fomento - de lo escasas que están las arcas pùblicas para sus gastos e inversiones.
Su apuesta por la continuidad en el esqueleto, en la estructura del gobierno es patente. Sigue la vicepresidenta, con màs poder y menos visibilidad. Serà la encargada de negociar con las autonomias, sobre todo la catalana y la vasca, y que va a tener a su lado al señor de los dineros, a un Cristobal Montoro quevolverà a ser la cara menos agradable del Gabinete, pero que lo tiene asumido, y de una titular de Empleo y Seguridad Social, Fátima Bañez, que ha demostrado su ductilidad para negociar con los consejeros autonòmicos y con los sindicatos. Una " baza" para un tiempo que se adivina de confrontaciòn con la izquierda más radical.
En Economía se quedan con Industria pero la Energia y la Agenda Digital, junto al pujante y salvador Turismo, se marchan con el que ha sido la mano econòmica de Rajoy en Moncloa, Alvaro Nadal, que es premiado con el Ministerio pero que cierra la puerta - por ahora - a las ambiciones ministeriales de su hermano.
Isabel Tejerina entrò de sustituta y se ha ganado el puesto para seguir en Agricultura, al igual que le ha pasado a Rafael Català en Justicia. Se apostaba por su continuidad y Rajoy ha cumplido: no cambiar lo que cree que funciona.
Los dos ministros que estaban más en el alero se han caído, sustituidos por dos " compañeros" que no aparecían en las quinielas. Alfonso Dastis era un desconocido para casi todos, menos para el presidente y para su jefe de gabinete cuando viajaban a Bruselas; y Juan Ignacio Zoido es un premio para Andalucía, una baza " judicial" similar a la que utilizò Felipe Gonzalez con Juan Alberto Belloch, y un adiòs definitivo a la influencia cada vez menor de Javier Arenas.
El ministro de Defensa, el aristócrata Morenés, que siempre depende de forma directa del presidente, querìa irse. Era el màs veterano y Rajoy ha encontrado en esa marcha el mejor de los escenarios para incorporar a Dolores de Cospedal, un premio merecido para la secretaria general del PP que se mantendrà en ese puesto, por lo menos hasta el Congreso Nacional del partido. Su llegada al gobierno hace que los tres vicesecretarios se mantengan en sus puestos. Salvo que alguno se incorpore en los segundos niveles de la Administraciòn como son los secretarios de estado y los directores generales.