El tenista español Rafa Nadal vuelve a estar cerca de pelear por un 'grande' después de clasificarse este miércoles para las semifinales del Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, tras derrotar en un gran partido al canadiense Milos Raonic en tres mangas por 6-4, 7-6(7), 6-4, demostrando que por fin se acerca al jugador de antaño.
El balear, que no estaba en las seminales de un 'grande' desde su victoria en Roland Garros en 2014, jugó a gran nivel, sin perder en ningún momento su servicio y realizando un gran ejercicio mental ante el número tres del mundo para superar los
momentos complicados a los que se tuvo que enfrentar, principalmente en el segundo set.
El exnúmero uno del mundo tendrá ahora que dejar fuera al búlgaro Grigor Dimitrov, verdugo del belga David Gon, para jugar su cuarta nal en Melbourne Park tras la exitosa de 2009 ante el suizo Roger Federer y las derrotas en 2012 y 2014 ante el serbio Novak Djokovic y el suizo Stanislas Wawrinka, respectivamente.
Nadal tenía claro cómo debía jugar ante el norteamericano, uno de los mejores sacadores del circuito y que, tal y como había anunciado el español, ejerce en todo momento mucha presión sobre su rival por su continua agresividad en la pista. Pero el balear desactivó el tenis del norteamericano con un impecable ejercio de solidez y temple.
El 'drive' funcionó a la perfección, bien acompañado por su revés a dos manos, sobre todo cuando el rival se acercó a la red, y el saque también estuvo a gran nivel. El balear se pareció mucho a aquel jugador de antaño que sacaba mucho partido a su gran cantidad de golpes ganadores (40) con una enorme limitación de errores no forzados (21).
además, las piernas y el físico no le están fallando en Australia y eso le permite ser siempre amenazante y poder llevar la iniciativa en los peloteos, casi siempre favorables cuando no lograba acortarlos un Raonic que no encontró la fórmula para resquebrajar la pétrea figura de su rival.