Si en 1964 las peripecias de un señor de Murcia en París le sirvió a Miguel Mihura para escribir una de sus mejores comedias y hasta una segunda parte con las peripecias del españolísimo y aplicado Andrés de provincias y la parisina e hija de exiliados, Ninette; en este 2017 las peripecias del que fue alcalde de Puerto Lumbreras y hoy presidente de la Región de Murcia le están haciendo pasar un mal trato al presidente del Gobierno y del Partido Popular.
Mariano rajoy no quiere entregar la cabeza de Pedro Sánchez ni a la oposición de izquierdas, ni a su "socio" de investidura, tanto a nivel autonómico como nacional. Ciudadanos y Albert Rivera han visto en la condición de investigado del mandatario murciano y en las imputaciones que le hace la fiscal una gran ocasión para establecer y marcar distancias con los populares. O dimite Sánchez o pacta con el PSOE y Podemos una moción de censura. Ya veremos si tras la declaración ante el Tribunal Superior de Justicia de su tierra, el presidente mantiene su postura de mantenerse en el puesto con pleno apoyo de sus compañeros de partido. Alguna Vela da amenaza a los que le "acosan" ya ha hecho.
En la comedia de Mihura todo termina bien. Andrés y Ninette se casan y hasta vuelven a Murcia a levantar el negocio familiar y abrir una "boutique" para que las mujeres de la España de media dos de los años sesenta se europeirizaran con los modelos de la Capital del Sena. Me temo que ahora no hay comedia en las posturas de los intérpretes y que el final de la obra va a ser trágica para alguno. Salvo que el TSJ murciano le exonere de todas las acusaciones que aparecen en el "caso Auditorio" y algo parecido ocurra en la Audiencia Nacional dentro del "caso Púnica", el destino del presidente Sánchez está fuera del sillón de mando de su autonomía.
El proverbial manejo de los tiempos que le atribuyen a Mariano Rajoy puede que haya llegado a eso, a su tiempo. Si el algo tribunal mantiene erl escrito de la fiscal, sólo quedará pedirle al compañero Pedro que de un paso a un lado y deje que sea otro dirigente del PP el que se haga cargo de la presidencia. Ya se encargará Rafael Hernando de justificar el apoyo recibido hasta ahora, y el ministro Catalá de insistir en que la Fiscalía es un órgano de "obediencia debida y vertical". Y por parte de Ciudadanos darse por contento al haber lo grado que los compromisos firmados contra la corrupción, sea cual sea el nivel de la misma, se cumplen. Seguiurá la Legislatura autonómica salvo que Sánchez y el PP decidan ir a las urnas con el actual presidente de candidato y que sean los votos los que se encarguen de dictar sentencia política, que no judicial. Una aventura muy arriesgada para los tiempos que corren y con las encuestas que apenas se mueven con los datos de las últimos elecciones.