Ya sabemos lo que va a hacer Mariano Rajoy si se aprueba en Cataluña la declaración de independencia, con o sin convocatoria electoral por medio: mano dura y que pase todo lo que tenga que pasar, con movilización de toda la fuerza disuasoria del Estado, desde la Guardia Civil a la Policia y los Mossos y hast las Fuerzas Armadas si fuera necesario. Las consecuencias posterior es dependerían de la actitud de la sociedad civil catalana, de lo que se haga por parte de los más radicales y de la resistencia que puedan ofrecer e imponer desde los funcionarios de la Generalitat, a los cerca de mil alcaldes que se han declarado independentistas.
Choque de trenes en el que lo único claro, inicialmente, es que el Estado no puede perder. Y no va a hacerlo. Eso lo tienen claro en el Gobierno central y en las direcciones de los principales partidos, Podemos incluido. También en las formaciones catalanas que, llegada la hora de la verdad, sienten como se resquebraja el suelo de la sedición bajo sus pies.
Pero... ¿qué pasa si el Parlament no aprueba la declaración de independencia?, ¿qué ocurre si en la votación del Pleno - la que no se produjo y a la que se ha agarrado Puigdemont para decir que no se ha declarado lo que se votó en el Referendum - en lugar del sí, sale el no?. ¿Qué hará Rajoy si la mayoría de los parlamentarios catalanes votan que no?.
¿Se puede llegar a esa situación?. Se puede. El Parlament lo forman 135 políticos, repartidos de la siguiente forma: 30 del PDeCAT, la antigua Convegencia; 21 de ERC; y 11 independientes, todos ellos Agrupación electoralmente en Junts per si. Luego están los 25 de Ciudadanos, los 16 del PSC, los 11 de CDQP (Podemos), los 11 del Partido Popular, los 10 de la CUP. Y Germá Gordó, que pasó a no adscrito al ser acusado dentro del sumario del 3%.
Sumemos noes fijos: 25 de Ciudadanos, más 16 del PSC, más 11 del PPC. Ya tenemos 52. Es bastante razonable que Gordó se sume y que la tama catalana de Podemos mantenga la posición declarado de Pablo Iglesias y también se sume al no. Total de noes muy posibles: 64. A tan sólo 4 de la mayoría absoluta que tumbaría de una vez por todas la polémica Declaración de Independencia. Y viene la pregunta tras observar las divisiones dentro del soberanismo, dentro de ERC y del propio PDeCAT: ¿pueden cuatro parlamentarios de esa formaciones sumarse al no para evitar la aplicación de la mano dura desde Madrid?.
¿Se mantendrá la hoja de ruta del 155 o al desaparecer la base legal del mismo se volverá a la casilla de salida de esta crisis?. ¿Se dará por satisfecho Rajoy?. ¿Se dará por satisfecha la sociedad española?. Puede que esas preguntas vayan a necesitar respuesta. Y, sobre todo, que el tema de convocar referendum en Cataluña sobre la independencia vuelva al baúl de los recuerdos
¿Quién perdería de todas, todas?: los más radicales del PDeCAT y de ERC junto a la CUP, la ANC y Omnium. Lo lógico sería que Puigdemont y alguno más dimitiera y que el Parlament eligiera un nuevo presidente y un nuevo gobierno. No harían falta unas nuevas elecciones de incierto resultado para todas las partes. Tendríamos una simple crisis de gobierno y un futuro de tranquilidad por delante.
No parece muy difícil. Cuestión de muy pocos votos, de un pequeño esfuerzo para evitar eso que ha dicho tantos veces Mariano Rajoy: "males mayores". El ex alcalde Girona y todo su gobierno es prescindible y además es imposible que gane. Sería un desastre y un malísimo cálculo sobre el futuro de Cataluña que se siguiera adelante con el desafio, olvidando al pueblo y pensando más con la entrepierna y el corazón que con la cabeza.