El presidente del Consejo de Estado ha continuado con la presentación del seminario España 2020. En Santander, uno de los padres de la actual Constitución ha exigido la necesidad de reformar el texto de la 1978 por los dos “vicios del sistema”: el dudoso papel del Senado en la actualidad y el enquistamiento del Tribunal Constitucional sin renovaciones plausibles.
“La Constitución no puede perpetuarse al extremo ni tampoco puede consentirse que se renueve de cualquier modo”. Así de rotundo ha iniciado su discurso Francisco Rubio Llorente, presidente del Consejo de Estado, quien ha recalcado la “absoluta necesidad” de reformar la ley electoral para hacerla más proporcional de cara a partidos minoritarios como UPyD e Izquierda Unida.
Al igual que hizo Alfredo Pérez Rubalcaba el pasado sábado en su primer discurso como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales, Rubio Llorente ha tomado como ejemplo el modelo electoral alemán, que combina la representación individual con el modelo de sufragio de Suiza.
El Senado y el Tribunal Constitucional, defectos asociados de la Constitución.
El ponente ha criticado la legitimación de las mayorías parlamentarias para el recurso directo de inconstitucionalidad como sistema al que los partidos principales, PP y PSOE, recurren con “demasiada frecuencia y falta de criterio.” Las consecuencias directas de esta situación son la conversión del Tribunal Constitucional en una tercera cámara donde continúa el debate político que ya ha tenido lugar en las cámaras representativas y la devaluación del debate político en debate jurídico. Asimismo, ha mencionado la necesidad de introducir una reforma en el Consejo General del Poder Judicial.
15-M e indignados que dejan de ser “ciudadanos para ser súbditos”
En su conferencia en la Universidad Menéndez Pelayo, Rubio Llorente ha recalcado que “no me ha entusiasmado la convocatoria del 15 de mayo” porque, a su juicio, la reivindicación de estos ‘indignados’ se ha basado más en una cultura de súbditos que de ciudadanos, dado que se ha criticado la política como algo externo al ciudadano. El ponente defiende una vuelta a los orígenes de la política donde, en última instancia, es el ciudadano quien tiene la soberanía de decidir quién está al mando.