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Jerónimo Junquera: “No somos capaces de crear ciudades atractivas para la convivencia”

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Martes 21 de octubre de 2014

El urbanismo y la política, dos ámbitos que están alejados entre sí pero estrechamente relacionados. ¿Cómo puede ser? Las respuestas se han dado durante la jornada de este jueves en el curso "España 2020: una perspectiva global", en la conferencia "El urbanismo que viene". Dos puntos de vista equidistantes con más semejanzas que diferencias.



El arquitecto urbanista ha querido proponer “mirar la ciudad de otra forma” priorizando los espacios de convivencia entre los ciudadanos por encima de la arquitectura de los edificios. En este sentido, ha aclarado que “no hemos encontrado un modelo de vida equilibrado utilizando los logros que la Edad Moderna nos ha ofrecido”. En este sentido, ha alegado por una huella ecológica neutra que permita un mundo en el que todos vivamos bien y ha puesto el dedo en la llaga de nuestro tiempo; que el 4% de la superficie del planeta concentre 2.700 millones de personas.

Junquera ha criticado la presencia excesiva de vehículos en la ciudad y ha querido referirse a la construcción de "calles sin vida urbana, muros cerrados, sin aceras", sin espacio para la convivencia, sin calidad de vida. "No sabemos qué hacer con la ciudad", ha sentenciado. Así las cosas, los desafíos para esta próxima década están, según el urbanista, en apartar a los inversores de la lógica de la especulación y el beneficio privado y en llegar a cabo tres medidas: recuperar la cultura urbana entendiendo la ciudad como lugar de encuentro y aprendizaje en comunidad, “primero diseñar el espacio público y luego los edificios” para vivir y trabajar y crear un espacio para el peatón y los niños.  Todos estos puntos confluyen en la promoción de la acupuntura urbana, consistente en crear elementos estratégicos singulares que permitan arreglar los espacios contiguos a los edificios a favor de la integración espacial.


El urbanismo tiene que solucionar los problemas de los ciudadanos

El alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, ha preferido hablar de política y urbanismo. Ha comenzado su charla afirmando que “quienes aprueban los planes urbanísticos son los políticos cuando deberían hacerlo los técnicos” pero existe una pequeña dificultad para conseguirlo: “Convencer a un buen profesional para que entre en un puesto de decisión como concejal de urbanismo por un sueldo inferior al que cobrarían sin serlo es imposible”.

Enb lo que respecta a la aprobación de planes urbanísticos ha sentenciado que “hay una indudable falta de seguridad jurídica”. Y el actual alcalde de la ciudad está convencido de que esto sucede por “cuestiones de carácter ambiental e informes subjetivos vinculados al paisaje”. Además, ha resaltado que “planificar y urbanizar es una cuestión de carácter ético pero cuesta mucho esfuerzo y tiempo” ya que supone estar sujeto a una serie de trámites tortuosos para aprobarlos. Para finalizar ha comentado que “el urbanismo tiene que ser funcional y tiene que servir para solucionar los problemas de los ciudadanos”.