Cristina Cicuentes necesita los votos de Ciudadanos y se los gana cada día. Al mismo tiempo negocia sin parar todo lo negociable y mantiene a la Comunidad en un equilibrio político merecedor de aplausos entre los suyos. Es un ejemplo que varios dirigentes los PP colocan en el equipo de Rajoy en estos días en los que la paciencia y la habilidad para sortear obstáculos, cuando se está en minoría y se depende de otras fuerzas políticas, son más necesarios que nunca.
Cifuentes navega entre la dirección del PP madrileño, que sigue controlando Esperanza Aguirre, la dirección nacional y la secretaria general, María Dolores Cospedal, el entramado de La Moncloa con el presidente, la vicepresidenta y sus respectivos equipos, y los adversarios externos con poder ejecutivo como es la alcaldesa Manuela Carmena.
Va a cerrar el año con buenas notas políticas y, salvo sorpresas, podrá mantenerse en el mismo a lo largo de toda la Legislatura. Tendría Ciudadanos que romperse y cambiar de alianzas para sustituirla por Gabilondo y no están los tiempos en el PSM y en el PSOE para grandes operaciones de alcance nacional, sobre todo si se piensa en una nueva cita con las urnas para dentro de cinco meses.
Ha logrado ser una " cara nueva" en el ámbito nacional pese a llevar en política desde que tenía 18 años y comenzó a militar en la Alianza Popular de Manuel Fraga. Habilidad que no parecen tener algunos de sus compañeros. Hoy por hoy es parte del futuro del PP pase lo que pase con el gobierno nacional y en el futuro Congreso del partido.