Era una postura racionalista frente a los maximalismos de la mitad más uno de us compañeros que, por seis votos, decidieron el domingo mantener su oposición a Más. Se cierra así una etapa en la formación radical, de la que pueden descolgarse otros nombres de su dirección siguiendo el ejemplo de Baños. Algo que, si se producen nuevas elecciones, tiene un beneficiario directo que será Ada Colau y Podemos, más proclives a negociar que a romper el frente independentista, con o sin referéndum por medio.
La frente de Antonio Baños - escribíamos en este periódico hace unas semanas- avanza hacia su nuca y junto a su barba canosa y sus lentes de aplicado estudiante logra que el punk que lleva dentro se esconda. El político que es periodista, escritor, músico y cantante les quita el sueño a Más y Junqueras con sus indispensables 10 escaños en el Parlament.
Ni el líder de la decaída Convergencia - señalábamos en el perfil de Baños - conoce a " The Clash", ni el flautista de ese Hamelin que conduce a Esquerra sabe quién es Billy Bragg. Y para negociar con Antonio hay que saber ambas cosas. Son sus ídolos musicales y sociales, tanto monta, monta tanto. Eso y que a sus 48 años se sigue viendo como un miembro más de "Los Carradine", dispuesto a defender la muerte de la economía capitalista, la independencia de Cataluña cuando toque ( que no es ahora), y hacer honor a su segundo apellido, Boncompain, que tiene resonancias de la Revolución francesa cambiando la guillotina por una guitarra rock. Antonio mira a España sin comprenderla y eso le impide entender a la otra Cataluña.