La riqueza de las familias va ligada inexorablemente a las cargas financieras, es decir a las hipotecas que han tenido que firmar para comprar el piso. A medida que aumentaba la burbuja inmobiliaria, la potencia económica de los hogares españoles fue creciendo en comparación con el resto del mundo gracias al continuo aumento del precio de los pisos y a la especulación inmobiliaria. La crisis ha reconducido la situación y España ha vuelto a situarse al nivel que otros países europeos más ricos.
Como consecuencia de los cambios producidos en el entorno económico durante los últimos años se ha observado una transformación en la composición de la riqueza de los hogares de los países desarrollados. La crisis ha afectado a la valoración de la riqueza de las familias y ha provocado cambios en sus decisiones de acumulación de activos financieros y no financieros. A pesar de que podemos distinguir algunas tendencias comunes, el comportamiento no ha sido homogéneo en todos los países. Desde el Observatorio del BBVA se ha realizado una selección de algunos de los principales países desarrollados. Aunque la disponibilidad de datos no es tan completa como sería deseable se puede hacer un análisis de evolución de la riqueza de los hogares durante los últimos años y su endeudamiento para los siguientes países: Canadá, Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Holanda, Dinamarca y España. Estos cambios no son definitivos y el nuevo entorno económico al que se enfrentan las economías desarrolladas posiblemente irá modificando la riqueza de los hogares y la preferencia de los mismos por la acumulación de unos activos u otros. Riqueza y carga financiera Así como el crecimiento del crédito hipotecario va de la mano del crecimiento de los precios de la vivienda, puede pensarse que el crecimiento del endeudamiento va unido al incremento de la riqueza. Un mayor endeudamiento podría utilizarse para adquirir bienes de inversión o más riqueza permitiría tener más recursos como garantía para endeudarse. Sin embargo, esto no supone que los hogares que estén más ajustados para repagar sus deudas tengan una mayor riqueza. Para analizar esto se estudia la carga financiera total de las familias1 y la riqueza de las mismas, entre las que no se aprecia relación significativa, lo que puede explicarse en algunos casos por los bajos tipos de interés de los créditos para la adquisición de vivienda, que disminuyen la carga de los hogares. Si se analizan los distintos países a lo largo del tiempo, en Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, España e Irlanda se observa una relación positiva entre la riqueza de las familias y su carga financiera. En cambio para Alemania y para Portugal dicha relación no se observa. En los países donde existe relación positiva entre la riqueza y la carga financiera también se observa que, hacia el final de la muestra y coincidiendo con la crisis financiera, cuando la riqueza disminuye la carga financiera también lo hace. Así, en los últimos años de la muestra para países como España, Italia o Francia ambas variables retroceden. ¿Cómo ha afectado la crisis a la riqueza de los hogares? La riqueza neta de los hogares es el valor de los activos propiedad de los hogares neto de la financiación requerida para la compra de los mismos. Para poder realizar comparaciones entre regiones se presenta como proporción del ingreso disponible de las familias. En la muestra de países que se analiza, España lidera el nivel de riqueza neta de las familias, llegando al 950% de la renta disponible en 2010, y habiendo alcanzado en 2006 y 2007 el 1100%. En un segundo grupo de países se encuentran Italia, Reino Unido y Francia con niveles en el rango entre 900% y 700%; el tercer grupo de países se sitúa en niveles muy similares entre sí, cercanos al 600% de su renta disponible; y en el último grupo se encuentran Estados Unidos y Portugal con niveles de riqueza cercanos al 500% de la renta disponible. A pesar de que España se presente como el país que mayor nivel de riqueza tiene en 2009, la reducción de la valoración de los activos tanto financieros como especialmente no financieros provoca que en 2010 las familias españolas asemejen su nivel de riqueza a la del resto de países desarrollados. Como se observa en el gráfico sobre la "Riqueza de las familias respecto a su renta disponible", el potencial económico de los hogares españoles ha disminuido desde el inicio de la crisis en todos los países excepto en Italia, Alemania y Canadá, donde la vivienda no tiene tanto peso en los índices de riqueza. Para los hogares, ingresos anuales y riqueza acumulada están fuertemente relacionados. Todos los países analizados presentan una relación positiva con una elevada correlación: la renta explicaría más del 90% de la varianza de la riqueza en Francia, Alemania, Italia, Japón, España y Portugal; y entre el 80% y 90% en Reino Unido e Irlanda. Puesto que los ingresos de las familias han disminuido sensiblemente con la crisis, esto se ha reflejado en su riqueza, que ha tenido un comportamiento similar. No obstante, para poder analizar con mayor precisión el comportamiento de la riqueza, así como determinar los factores que influyen en la decisión de acumulación de activos de los hogares, es preciso estudiar la evolución de los diferentes componentes de la misma: activos financieros (acciones, planes de pensiones, depósitos, etc.) y no financieros (bienes inmobiliarios), que tienen gran importancia en otros países. Composición de sus activos Las distintas decisiones de inversión de los hogares han llevado a que en Japón y Estados Unidos más del 50% de la riqueza neta de los hogares esté acumulada en activos financieros, mientras que en el resto de países de la muestra los hogares han acumulado una mayor proporción de riqueza en forma de activos inmobiliarios, siendo España el país donde la riqueza no financiera tiene un mayor peso en el total de la riqueza. Estas diferencias en la acumulación de activos entre países responden a factores estructurales de las diferentes economías. Por lo general, los países con una proporción de activos no financieros mayor son los que presentan niveles de riqueza neta superiores, en parte debido al fuerte incremento en el precio de la vivienda en los años anteriores a la crisis. España es el país con la proporción de riqueza no financiera sobre la riqueza total mayor y tiene los niveles más altos de riqueza en el grupo de países estudiados. Italia, Francia e Irlanda tienen una proporción de riqueza no financiera en torno al 75% y sus riquezas netas se sitúan en el tramo del 700-900% de la renta disponible. No obstante, Reino Unido presenta niveles de riqueza financiera altos-cercanos al 40% de la riqueza total- y es uno de los países con mayor riqueza neta -811% de la renta disponible en 2009-. En unos países los hogares tienen más riqueza no financiera que en otros debido a una serie de factores. En primer lugar, influyen las preferencias de los hogares por las viviendas en propiedad frente al alquiler: en economías donde las familias se inclinan por la compra de vivienda, la proporción de riqueza no financiera es mayor. España muestra el mayor nivel de riqueza como porcentaje de la renta disponible Precisamente debido a que la proporción de familias que viven en viviendas de su propiedad en nuestro país es la más elevada de toda la muestra. En Europa el porcentaje de vivienda en propiedad se sitúa en el 65%, pero llega hasta el 85% en el caso más extremo, el de España. En esta decisión intervienen las condiciones crediticias de acceso a la vivienda, los estímulos fiscales, los precios –y las expectativas sobre éstos-, y las inversiones alternativas. En un entorno de precios crecientes y fiscalidad favorable la preferencia por la vivienda en propiedad frente al alquiler es clara; no obstante, la tendencia a la baja de los precios limita las ganancias relacionadas con la compra de vivienda y los cambios en la fiscalidad favorecen el régimen de alquiler. En segundo lugar, la proporción de riqueza destinada a productos financieros o no financieros depende también del coste que tenga la adquisición de ambos, lo que en el caso de la vivienda incluye el coste de registro de la misma. Esta variable examina los pasos, el tiempo y el coste en los que se incurre para registrar una propiedad, asumiendo el caso standard de un emprendedor que quiere comprar un terreno o un edificio que está ya registrado y libre de cargas. Así, en países con mayores costes menor probabilidad de ahorrar en vivienda. No obstante, parece que son los otros factores los que influyen en la riqueza ya que los datos indican que el coste de registrar una vivienda no tiene un impacto negativo en la riqueza de las familias. La estructura de la riqueza de los países en 2006 fue determinante en la variación de la misma durante los años de crisis. Los países con una proporción superior de activos no financieros sufrieron un menoscabo mayor de su riqueza que aquellos países que proporcionalmente destinaban una parte mayor de su renta a la adquisición de activos financieros.