Martes 21 de octubre de 2014
Con la Bolsa en mínimos, Enrique Bañuelos vuelve a invertir en España, tras las pérdidas de Brasil y la ruptura con sus socios cariocas, logrando en 48 horas ganar más de ocho millones de euros por la subida de un 56% de la empresa Amper en la que ha adquirido un 28,38 por ciento que estaba en manos de Liberbank a través de CCM renting.
El hombre que consiguió hace seis años sacar a su empresa de entonces a Bolsa y en diez meses hacer que multiplicara por cien su valor, para doce meses después perderlo todo tras haber logrado que le acompañaran en la aventura de Astroc algunas de las grandes fortunas de este país como Alicia Koplowitz, Amancio Ortega, Rafael Santamaría, Luís Nozaleda o Felix Abanades; ese hombre ha vuelto a casa de la misma forma que lo hizo el hijo pródigo: en apenas 48 horas ya podía presumir de haber "ganado" casi nueve millones de euros por la fuerte revalorización de las acciones de la compañía que preside Jaime Espinosa de los Monteros-
Enrique Bañuelos consiguió lo que parecía imposible en los últimos meses de la edad dorada del sector inmobiliario. Tras iniciar sus primeros pasos en la Comunidad valenciana bien apoyado por las Cajas de ahorro de la región y por los poderes políticos que la gobernaban, se presentó en Madrid y en Nueva York como un nuevo rey Midas de las finanzas, que todo lo que tocaba lo convertía en oro.
Entró a jugar con su reducido equipo de fieles en la primera división, y no dudó en firmar compromiso tras compromiso de recompra a los mismos que entraban en el accionariado. Durante diez meses todo marchó bien, dado que a través de la firma Ibersecurities, Bañuelos aseguraba un valor de 45 euros, cuando su salida al mercado había sido de apenas seis euros y medio, y había llegado a una cota máxima de setenta. Pero en abril de 2007, y en apenas unos días, todo el andamiaje se derrumbó y nada pudo hacer pues sus disponibilidades de liquidez o apalancamiento no daban para tanto.La puntilla llegó de la mano de UBS Warburg, que puso a la venta doscientas mil acciones, dijeron los peor pensados que eran del dueño de inditex, que abandonaba el barco antes de que empezara a hundirse como el Titanic. Fuera así o fueran esas acciones de otros accionistas, el resultado fue el mismo. La caída fue imparable y de poco valieron las ventas, compraventas, cambio de títulos y compensaciones que se hicieron entre Reyal, Rayet, Nozar...en una cadena que arrastraría a esas compañías a situaciones de vértigo. Una situación que no era sino el preámbulo de la salvaje crisis que iba a arrasar el sector inmobiliario a todos los niveles.
Bañuelos vendió o cedió su efímero imperio, que cambió de nombre varias veces de la mano de uno de los antiguos socios, Felix Abanades, hasta llegar a lo que hoy es Qabit, y se marchó a Brasil para entrar en dos compañías Vanguarda Agro y PDG Realty, conseguir la mayoría de control, ver como su valor volvía a subir en bolsa, para al igual que le había pasado en España, pero con más tiempo, caía en su valoración y le hacía replantearse su estrategia en Iberoamérica y volver a España.
Aquí, no ha vuelto al sector inmobiliario ( por ahora ) sino al tecnológico, en una empresa que ha tenido que cambiar todo, desde su plan de negocio, a sus responsables, y al refinanciación de su más que abultada deuda, que supera los 50 millones de euros. Amper ya tiene un socio mayoritario tras ampliar capital y lograr el banco Liberbank que Bañuelos se quede con las acciones que tenía en la compañía tecnológica la antigua Caja de Castilla la Mancha. Toda una operación de su presidente, Manuel Menéndez, justo cuando está negociando su integración en un grupo mayor tras las últimas exigencias del Banco de España.
El antiguo presidente de Astroc, ahora al frente de Veremonte - que es su nuevo caballo de Troya para operar en Bolsa y en los negocios - llegó a estar en la lista de Forbes de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna de ocho mil millones de euros. Sea de la mano de Nicolás Bonilla o de su socio en Apax Partners, Eduardo Diaz - Hochleitner, el resultado es que Enrique Bañuelos ha invertido 20 millones de euros, logrando que de forma inmediata el valor de Amper subiera un 12 por ciento.
Ahora se sienta junto a los representantes de TVipak, Telefónica, Naropa cartera y Liquidambar a la espera de nuevas jugadas que le procuren suculentos beneficios y una nueva imagen. Con la Bolsa a la baja y numerosas posibilidades de adquisiciones a un precio insospechado hace unos años, el considerado por unos como un "tiburón" de las finanzas, y por otros como un auténtico killer de los negocios, con un gran olfato para operar en los mercados, ya ha olvidado las querellas que el juez Pablo Ruz sobreseyó en la Audiencia Nacional, y puede que junto a Javier Tallada y Yago Méndez Pascual protagonice nuevos y más jugosos episodios financieros. Si el primero de ellos se dió a conocer hace unos años en el sector alimentario junto a Mesoneros Romanos, el segundo ya estuvo con Bañuelos en Astroc en representación de Caixa Galicia, de la que su padre fue director general.
Ya se sabe que los tiburones siempre acuden al olor de la sangre y en estos tiempos, en España, la sangre financiera corre de forma abundante y por todos los sectores de la actividad económica, sobre todo cuando son los propios representantes políticos los que se reúnen y acuerdan poner de los nervios a todos los mercados al hablar de planes de urgencia ante una cada vez más posible salida de Grecia del euro.
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