Desde la capital belga Carles Puigdemont y Antoni Comín mantuvieron sus escaños y dejaron a los suyos sin esos dos votos que necesitaban. Al día siguiente el juez Llarena mandaba al candidato a la cárcel y el presidente del Parlament suspendía la segunda sesión de investidura que debía celebrarse el sábado. Y comienza de nuevo la interpretación de la ley: ¿se pueden contar los dos meses de plazo para elegir presidente o convocar elecciones pese a no haberse celebrado los dos debates previstos?, ¿ habrá que esperar a lo que digan los letrados de la Cámara catalana?, ¿si el 24 de mayo no hay presidente en Cataluña, tendrá que ser otra vez Mariano Rajoy el que disuelva el Parlament y llame a las urnas?. Y la pregunta de las preguntas: ¿ Estamos asistiendo a un truco a un juego de manos en el que nos esconden la carta principal?.
Tal y como están las posiciones de los distintos grupos políticos lo más probable es que haya que repetir las elecciones salvo que se produzca una situación rocambolesca. Lo que parece que no va a pasar: la idea de Iceta de la gran coalicción es más un sueño que una realidad. La CUP ya ha dicho que no volverá a apoyar a sus antiguos sociosen la carrera por la independencia. Y la intención de Esquerra de proponer al segundo Maragall como punto de unión no convence a casi nadie.
¿Qué armas o qué estrategia pueden utilizar JxCat y Esquerra para elegir a un presidente de su agrado sin tener que acudir a más pactos con otras fuerzas?. La solución se la puede dar el propio Rajoy y el juez Llarena, posiblemente sin haber pensado en ello: si Alemanía acepta la petición de extradicción del expresidente y de su compañero de escapada, los dos votos que les han faltado el día 22 estarán a su alcance. Puigdemont y Comín podrán delegar su voto, sin renunciar a su escaño, y ya tendrán los 66 sies que necesite su candidato, el hombre o la mujer que pueda subirse a la tribuna del Parlament. Salvo, claro está, que la CUP vote con el PP y compañía.
Si los independentistas han tenido en cuenta esta situación y han ideado la estrategia de “detención” de Puigdemont habrá que pensar en que son unos discípulos aventajados de Maquiavelo: dan una aparente victoria al rival para luego vencerle sin tener que realizar ninguna renuncia personal. Todo lo efectuado hasta ahora habrán sido fuegos de artificio, engaños de feria, trucos de malabarista. Dado que Puigdemont y Comín no querían “desprenderse” de sus escaños, ni entregarse a las autoridades españoles en lo que sería una rendición, emplean la maniobra del viaje de Finlandia a Bruselas atravesando cuatro países conocedores de que les están siguiendo y les van a detener con la nueva orden emitida por el magistrado del Supremo. Imagen de víctimas ante la sociedad catalana y desbloqueo de una situación política por la que no quieren volver a pasar, sobre todo cuando han comprobado que ya hay un partido y una líder que les ha derrotado en las urnas: Ciudadanos e Inés Arrimadas.
Si ha sido o no el truco final del independentismo lo sabremos muy pronto.