El Atlético de Madrid conquistó este miércoles en el estadio Parc Lyonnais de Lyon la tercera Liga Europa de su historia tras vencer (0-3) en la final de la competición al Olympique de Marsella con un doblete de Antoine Griezmann y un tanto de Gabi, un título que supone, además, el sexto entorchado europeo para los rojiblancos, que cuentan con tres títulos en este torneo, dos Supercopas de Europa y una Recopa de Europa.
Ni la goleada del conjunto marsellés en las gradas, ni las bengalas en el fondo de la hinchada francesa achantaron a un Atlético que demostró sobre el césped su papel de favorito. Los de Diego Pablo Simeone, ausente de nuevo por sanción, se adelantaron por medio de Griezmann, que apacigüó los rumores de su posible marcha y completó su doblete a inicios de la segunda mitad. La victoria, que se cerró con el tanto de Gabi, permite al equipo madrileño resarcirse de la derrota en Recopa de Europa de 1986 ante el Dínamo de Kiev precisamente en Lyon.
Sin Juanfran ni Filipe Luis en el once titular, el técnico argentino apostó por Vrsaljko y Filipe Luis en los laterales y dio la titularidad a Ángel Correa en detrimento de Thomas Partey con Vitolo descartado. Arriba, el bonaerense, que sufrió desde el palco, no dudó con la dupla formada por Diego Costa y Griezmann. El Olympique, en la quinta europea de su historia salió con su tridente mágico aunque hoy apagado: Dimitri Payet, Florian Thauvin y Lucas Ocampos con Valère Germain como hombre más adelantado.
El cuadro galo apretó en los primeros compases, cuando el '28' del equipo francés tuvo una clamorosa ocasión que se fue por encima del larguero. El Marsella, con más manejo del esférico, se mostró más ofensivo y siguió inquietando el área de Jan Oblak, sin mucho trabajo en los primeros 45 minutos. Los rojiblancos rompieron su sequía en ataque merced a un gran error de Zambo Anguissa en la salida de balón que cortó Gabi y que dejó sólo frente a Steve Mandanda a Griezmann, que definió a la perfección engañando al guardameta congoleño.
Lucas Ocampos trató de responder al mazazo del gol con un cabezazo, pero las malas noticias para los de Rudi Garcia continuaron. Pasada la media hora, Payet cayó sobre el césped con muestras de dolor. El atacante y hombre más decisivo del equipo francés, llegó tocado a la final y, entre lágrimas, salió sustiuido del terreno de juego por Maxime Lopez. El gol, sumado a esa lesión, permitieron a los colchoneros asentarse en el campo, jugando con más tranquilidad y más verticalidad aprovechando las dudas en defensa de su rival.
En la reanudación, el Atlético siguió mirando hacia arriba y en su primera tentativa, de nuevo al '7', omnipresente durante todo el choque, se encargó de poner tierra de por medio con un remate picado a la salida de Mandanda. El segundo gol desató a los pupilos de Simeone, que pudieron sentenciar con un remate de cabeza de Diego Godín que salió rozando el larguero. El Marsella, por su parte, quedó completamente K.O. tras la segunda diana rojiblanca.
Pese al empuje de su afición, el conjunto francés realizó tímidos y pobres acercamientos frente a un Atlético adueñado del balón y lanzado a por el tercero. No obstante, un remate de cabeza al poste de Konstantinos Mitroglou a 10 minutos para el final, estuvo a punto de recortar distancias al equipo marsellés. Jordan Amavi hizo emplearse por primera vez a Oblak dos minutos después con un remate desde fuera del área bien embolsado por el esloveno.
Aún hubo tiempo para el último gol rojiblanco. Gabi recibió un gran pase de Koke tras una contra iniciada por Diego Costa para batir a Mandanda con un remate cruzado. Un minuto después, la afición atlética, en pleno apogeo, vivió el momento de la entrada de Fernando Torres al terreno de juego. El 'niño', que no pudo disfrutar de mucho tiempo sobre el césped, por fin logró el sueño de conseguir un título con el equipo de su vida y lo que fue más emotivo aún: levantarlo con el capitán Gabi en la celebración.
Los jugadores entrenados en la final por Germán Burgos, que al igual que el 'Cholo' se llevó su sexto título en el Atlético, conquistaron de esta manera, el encuentro con holgura para volver a pasear el nombre del Atlético de Madrid por Europa seis años después y optando de nuevo a otro título europeo en agosto: la Supercopa de Europa.