Raúl Heras

Iglesias, ministro sin cartera para Cataluña

Raúl Heras | Martes 26 de junio de 2018
Si el entusiasmo de Podemos en el hemiciclo del Congreso tras ganar Pedro Sánchez la moción de censura pudo parecer tan exagerado que hasta los propios socialistas se miraban entre sí con evidente desconcierto, lo que ha ocurrido después invita a pensar que entre los dos líderes de la izquierda existe algo más que amistad interesada, existe un acuerdo político.

Ya veremos lo que ocurre dentro de unos meses cuando llegue la hora de pelearse en las urnas. Hoy, Pablo Iglesias ejerce de ministro sin cartera del presidente con lo que parece un único encargo: limar las asperezas con Cataluña, convencer a los independentistas que se está mejor dentro de la Constitución y que no hace falta renunciar a los sueños de independencia siempre que se ajusten a los mínimos democráticos exigibles.

El dirigente de Podemos primero se trasladó a Barcelona para reunirse con Quim Torra y ponerle al día de las “ofertas” que le trasladaba desde el inquilino de La Moncloa dos semanas antes de su viaje a Madrid. Encuentro de dos republicanos que aspiran a echar a la Monarquía de España pero con una notable diferencia: mientras Iglesias quiere hacerlo desde un acuerdo muy mayoritario de los españoles, el brazo derecho del fugado Puigdemont insiste en querer hacerlo en su tierra y por las bravas. Otra cosa es lo que opina y ejecuta el brazo izquierdo del ex-presidente, Elsa Artadi, que le obligó a ir a Tarragona a inaugurar los Juegos del Mediterráneo junto a Felipe VI y el presidente del Gobierno.

Desde Cataluña y con todos los permisos necesarios desde Instituciones Penitenciarias, Pablo Iglesias se fue a entrevistarse con Jordi Cuixart y Jordi Sánchez en la prisión de Soto del Real y nada más salir del recinto carcelario no lo dudó ni un minuto: “en España hay presos políticos”. Lo que no sabemos, dado que permanecen en silencio, es lo que piensan los miembros del gobierno con su presidente a la cabeza de esas palabras. Unos términos que les vendrán muy bien a los “exiliados” en Berlín y Bruselas en sus confrontaciones judiciales: si un enviado especial del presidente español acude a ver a los compañeros de los que se fugaron y dice que son presos políticos, ¿cómo no van a aplicar esos términos a los que están en las dos capitales europeas?.

En pro de la transparencia que defienden, tanto Iglesias como Sánchez deberían aclarar cual es el papel del líder de Podemos en el esquema político y de alianzas del gobierno, algo que tiene desorientados a la mayoría de los ciudadanos y a la mayoría de los dirigentes y militantes de sus partidos, mucho más de las dudas que levantó el nombramiento del primer ministro de Cultura del Gabinete.


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